martes, 24 de enero de 2017

DE ROJO Y NEGRO

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Hace cuarenta años exactos, España afrontaba un periodo agitado y lleno de incertidumbres como fue el periodo de la Transición. Pero dentro de ella, la semana que transcurrió entre el 23 y el 30 de enero de 1977 fue sin duda la más convulsa, teñida de rojo sangre y de un negro de miedo que envolvió Madrid.
Las bandas terroristas ETA y el GRAPO continuaban con su escalada de la violencia –éstos últimos habían secuestrado en el mes de diciembre de 1976 al Presidente del Consejo de Estado Antonio María de Oriol y en enero de 1977 hicieron lo mismo con el Presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar, Emilio Villaescusa. Además, de fondo se oía el ruido de sables de militares descontentos con la situación del país, acechando para dar un golpe de Estado; numerosas huelgas y protestas de trabajadores de todos los sectores reclamando libertad y reconocimiento social eran un dolor de cabeza para el incipiente y frágil gobierno de Suárez y añadiendo más leña al fuego, la extrema derecha se hacía presente y visible dejando tras de sí un rastro de sangre y al mismo tiempo poniendo los clavos de su propio ataúd.
El 23 de enero, mientras participaba en una manifestación a favor de la amnistía, pistoleros vinculados a Guerrilleros de Cristo Rey –o a la Triple A, según diversas fuentes- irrumpieron armados en la marcha y asesinaron a Arturo Ruiz, de tan solo 19 años. Al día siguiente, la indignación por este hecho hizo que más de 100.000 personas participaran en las diversas manifestaciones y un número similar de universitarios hicieron paros totales de sus clases. Pero la represión policial también se manifestó con crudeza con el resultado de la muerte de María Luz Nájera cuando fue alcanzada en la cabeza por un bote de humo. Hubo también 12 heridos de diversa consideración debido a la actuación de la policía.
Al día siguiente se produjo uno de los sucesos que tuvo mayor impacto en la opinión pública española, como fue el atentado de los abogados laboralistas en Madrid, que se saldó con cinco fallecidos y cuatro heridos graves, y que estuvo realizado por miembros de Fuerza Nueva. Todos los abogados pertenecían al PCE y a CC.OO., y aunque el atentado fue reivindicado en un primer momento por la Triple A –Alianza Apostólica Anticomunista-, investigaciones posteriores determinaron que habían sido personas relacionadas con Fuerza Nueva. Dos de los miembros detenidos, F. Albaladejo y L. Jiménez, habían sido colaboradores en diversas tareas de la Guardia Civil, y además, el primero de ellos había sido nombrado secretario del Sindicato Provincial de Transportes de Madrid. En total fueron condenados siete ultraderechistas de Fuerza Nueva, Falange Española y la Guardia de Franco, que poseían importantes conexiones con determinados miembros policiales. Los autores materiales, J. Fernández Cerrá y C. García Juliá fueron condenados a 163 años de cárcel cada uno; F. Albaladejo a 63 años; L. Jiménez Caravaca a 4 años de cárcel –éstos dos últimos fallecieron en 1985-; y a Gloria Herguedas Herrando –novia de Fernández Cerrá- a un año como encubridora de los hechos. Otros participantes en el atentado fueron Simón Ramón Fernández Palacios –fallecido en abril de 1979- y Lerdo de Tejada –cuya madre era la secretaria personal de Blas Piñar-, se fugó gracias a un permiso de libertad extraordinario concedido por el juez que investigaba los hechos, Rafael Gómez Chaparro.
La base de este atentado, más allá de cuestiones ideológicas, formaba parte de la llamada «estrategia de tensión» que realizaron numerosos grupos de extrema derecha en la Europa de los años setenta, especialmente en Italia. Utilizando el terror como arma se buscaba crear un clima de desestabilización política y social que provocara en el caso italiano la caída del PCI. Aquí en España, el objetivo era favorecer un golpe de Estado que pusiera fin a la Transición y restituyera a los militares en el poder. Para ello era necesario provocar una reacción virulenta por parte del PCE, todavía ilegal en enero de 1977. A gran escala ese era el fin último del atentado. Por ello, el objetivo eran estos abogados laboralistas, que ofrecían sus servicios de forma gratuita en muchos casos y asesoraban a sindicatos que estaban a la sombra del todavía presente Sindicato Vertical de origen falangista.
Sin embargo, el duelo mostrado en el cortejo fúnebre de los abogados asesinados fue todo lo contrario de lo que pretendió la extrema derecha. Alrededor de 200.000 personas se manifestaron atendiendo a consignas de silencio total, calma y serenidad, añadiendo el hecho curioso de que la seguridad del acto estuvo a cargo de miembros del PCE, a cuyas órdenes se puso la propia policía. Aún así, se produjo un gran despliegue policial durante el cortejo fúnebre, incluyendo helicópteros o policías apostados en terrazas. También se debe destacar a las personalidades que acudieron a la capilla ardiente, tanto representantes provinciales de los Colegios de Abogados; el decano del Colegio de Abogados de Madrid, A. Pedrol, o el presidente del Consejo General de la Abogacía; como la presencia de políticos de la oposición: F. González, J. Satrústegui, E. Tierno Galván o S. Carrillo, secretario general del PCE.
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La masiva y serena manifestación de duelo y dolor puso sin duda en un brete al Gobierno de Suárez en lo relativo a la legalización del PCE. Se hacía muy necesario que el partido fuera legalizado, en tanto en cuanto había manifestado su fuerza en las calles de forma pacífica en un contexto de violencia, puesto que habían sido asesinados compañeros de la organización y era bastante fácil que se buscara un ajuste de cuentas o una venganza en caliente. Por ello se debe destacar este hecho a su favor cuando finalmente el PCE fue legalizado el 9 de abril de 1977, dos meses y medio después de tan trágico suceso.
Es reseñable también apuntar a las conexiones internacionales de este atentado, especialmente con Italia ya que una de las armas utilizadas por los asesinos de los abogados de Atocha era un subfusil Ingram conocido popularmente como «Marietta». Y es que a inicios de los años setenta, una partida de estas armas perteneciente a la policía española fue desviada hacia grupos de extrema derecha italianos, usándose para asesinar al juez Vittorio Occorsio en el verano de 1976. Y atendiendo a las pruebas periciales de la policía sobre las armas usadas contra los abogados de Atocha, algunos agentes establecieron paralelismos con atentados llevados a cabo en Italia, pero antes de que pudieran concluir sus informes fueron apartados y destituidos de sus cargos.
Sin duda, estos hechos de finales de enero de 1977 supusieron un obstáculo enorme en el pedregoso camino de la Transición cuyo final pacífico no se vislumbraba. La violencia, la muerte y el miedo se instalaron en la sociedad española, que demostró que el terror no iba a amedrentarla en el ansiado camino hacia la democracia, la justicia, la paz y la libertad.


domingo, 22 de enero de 2017

UN DÍA EN LAS CARRERAS


Bang! El pistoletazo de salida ya se ha dado y la carrera por la secretaría general del PSOE ha empezado.
El primer corredor en tomar la delantera ha sido Patxi López (Barakaldo, 1959). Al ex-lehendakari y ex-presidente del Congreso se le tiene como hombre de consenso y leal al partido. Por otra parte, durante los últimos años, ha sido un hombre de Pedro Sánchez y ha criticado la abstención que permitió la investidura de Mariano Rajoy. Su candidatura podría aglutinar desde los desencantados con el actual PSOE hasta los que no terminan de fiarse de Susana Díaz.
En política, el candidato que se postula demasiado pronto suele quemarse y no llega hasta la meta pero, en el caso de López, esto no tiene por qué ocurrir necesariamente. El hecho de haber tomado la iniciativa el primero puede hacer ver que hay alternativa a La Reina del Sur más allá de Pedro Sánchez.
El ex-secretario general, que siempre se le ha dado por supuesto candidato a las primarias, podría renunciar a ello si va perdiendo apoyos en favor del vasco. Además, cada día que pasa, el madrileño cae más en el olvido y el relato de su oposición frontal a Rajoy se va diluyendo en la historia.
Por otro lado, si López hace una demostración de fuerza y varios barones se le van sumando, la regente del Palacio de San Telmo podría pensárselo dos veces y quedarse en su reducto, más allá de Despeñaperros, a esperar una oportunidad más clara.
La presidenta de la Junta de Andalucía todavía es joven, tan solo tiene 42 años. Un tropiezo en las primarias contra un candidato sólido podría dar por finalizada su carrera a nivel nacional. La trianera, por altiva que parezca, es cobarde en la confrontación. Siempre ha sido más de aclamación en un congreso que de pelea en unas primarias, así que no dará un paso en falso. De esta forma, Patxi López podría, de un plumazo, haberse librado de sus dos rivales con más posibilidades.
En sí, la candidatura del vizcaíno está bien amueblada. Pretende corregir el rumbo centrista que ha adquirido el PSOE últimamente y devolverle a la posición que le corresponde en la izquierda. Además, ve con buenos ojos el autogobierno de las comunidades autónomas, con lo que podría abogar por el federalismo como respuesta a la crisis territorial. Lejos de ser un desconocido, López tiene una buena imagen en toda España tras haberse convertido, en el pasado, en el primer lehendakari no nacionalista. Y, por último, de los tres candidatos en liza, sólo él posee un escaño en el Congreso de los Diputados, de forma que sería el único que podría enfrentarse de tú a tú con Mariano Rajoy.
El Comité Federal del pasado sábado fijó el Congreso del partido para el 17 y 18 de junio y las primarias para ser celebradas en el mes de mayo. De aquí a entonces veremos si Díaz y Sánchez se presentan (como siempre se supuso), si se postula algún desconocido (que reuna los avales necesarios) o si Patxi López se erige, finalmente, en el campeón del partido de la rosa capaz de curar las aún sangrantes heridas del socialismo español.
Imperator Caesar Cerverius


martes, 17 de enero de 2017

BIOPARC: EL SAFARI LOW COST


Crías de león jugando con su padre, gacelas pastando en vastas praderas, un harén de cebras correteando libre y despreocupado, un elefante dándose un baño... Estas estampas de la naturaleza, que a cualquiera nos gustaría presenciar, están sólo al alcance de unos pocos capaces de permitirse gastarse los alrededor de 2500 euros que cuesta un safari por África. No obstante, desde hace nueve años, podemos disfrutar de esas mismas visiones (o muy parecidas) sin salir de España.

En la ciudad de Valencia se alza el Bioparc, un parque zoológico de unos 80.000 metros cuadrados especializado en África. Pero este centro poco tiene que ver con un zoo común. En él no encontraremos rejas ni jaulas, sino recintos abiertos a la vista en los que los animales campan a sus anchas. Esto no significa que puedan escapar ni atacar a los visitantes. Las más de cien especies que habitan en el Bioparc están separadas (algunas conviven juntas) por fosos no visibles, cristales y barreras naturales.


Los espectadores pueden gozar de la visión de todos esos animales sin la sensación de encierro, sino libres y en comunión con la naturaleza.

Esta inmersión en su medio natural tiene un triple objetivo. Por un lado el visitante es un testigo mucho más real de la vida animal en su estado puro. Por otro, las especies se encuentran en un hábitat confortable y similar al propio, pudiendo relajarse y comportarse de manera mucho más instintiva. Y, por último, el tema reproductivo. El hecho de estar en unas condiciones tan cercanas a su medio natural hace que los sujetos sean más proclives a la procreación, tema de suma importancia dándose el caso de que muchas de las especies están en peligro de extinción.

El parque está dividido en cuatro grandes zonas: Madagascar, Bosque Ecuatorial, Humedales y Sabana.


A parte de visitar a los diferentes animales en sus recintos, se puede asistir a una exhibición con aves y mamíferos, a una charla sobre gorilas y a otra sobre elefantes mientras se les alimenta. De esta forma se suma la función formativa a la recreativa. También podréis relajaros con la proyección de dos documentales, uno sobre el Bioparc y otro sobre la necesidad de salvaguardar la vida salvaje animal tanto de cazadores furtivos como de rutas turísticas que se acercan en exceso a su hábitat.
El parque cuenta con varios restaurantes que ofrecen diferentes menús a precios competitivos.

En definitiva, la aventura Bioparc está diseñada tanto para niños como para mayores con el objeto de pasar un día entero en contacto con la vida animal. Poneros calzado cómodo, coged vuestra cámara fotográfica y disponeros a pasar (si es en familia, mucho mejor) por una experiencia altamente gratificante.
P.D: Si lo vuestro son las selvas tropicales, el Bioparc de Fuengirola (Málaga) os está esperando.
Imperator Caesar Cerverius