Os confesaré una cosa: No me gusta Pablo Iglesias. Creo que
es un ególatra con ansias de poder y que nunca ha aguantado que las personas de
su alrededor le diesen ni un toque de atención. Y así se desprendió de gente
muy válida como Íñigo Errejón o Carolina Bescansa. Sin embargo, sí que creo que
hizo algo bien. Y eso fue fundar Podemos, el partido que cambió el modo de ver
la política en este país y que podría hacer mucho bien por el mismo.
Dicho todo lo anterior, os aseguro que votaré a Unidas Podemos
(y, por ende, a Pablo Iglesias) en las próximas elecciones. Y lo haré porque,
en realidad, no tengo otra opción. Soy una persona de izquierdas y ahora mismo Unidas
Podemos es la única organización que defiende mis intereses. Cierto es que, en
los últimos años, no he estado de acuerdo con ellos en todas las medidas que
han defendido, pero siguen siendo los que más medidas defienden favorables a mi
persona (y creo que para todo el país).
Podría votar al Partido Socialista, claro, pero después me
tendría que decepcionar al ver que pactaban con Albert Rivera en vez de con
Pablo Iglesias.
También podría votar a PACMA, pues tengo muy interiorizadas
las políticas animalistas y las creo muy necesarias en el Congreso de los
Diputados. Pero no sólo de animalismo vive el hombre, sino de economía,
trabajo, industria y un largo etcétera en el que creo que PACMA pincharía en
hueso.
Si en verdad algo me repugna, del panorama político que se
nos avecina, es la posibilidad de que sumen las derechas de PP, Cs y VOX. Creo
que todos los avances en políticas sociales de los últimos años se irían al
traste, amén de meter a España en un clima reaccionario más propio tiempos
pasados que para nada fueron mejores.
Me diréis entonces, ¿por qué te la juegas votando a Unidas
Podemos y no optas por el voto útil apoyando al PSOE? Pues porque creo
realmente que el voto útil traiciona los valores de la democracia. ¿Acaso yo,
como ciudadano, tengo que renunciar a mis ideas para concentrar la mayoría en
“algo que se le parece”? No. La democracia es elección, la democracia es
variedad, la democracia es debate y mestizaje de ideas. Creo que saldría un
gobierno mucho más justo y beneficioso de un pacto entre socialistas y
podemitas, que de uno monocolor (ya fuese rojo o morado). Y hay que obligar a
nuestros cargos electos (que para eso los elegimos) a que se acerquen, negocien
y pacten lo mejor para la ciudadanía.
Desde luego, lo que no haré, es quedarme en casa el próximo
28 de Abril. Muchos son los que dicen que, como un partido no les representa al
100%, no les entrega su voto. Supongo que esos perfeccionistas apagarán un
partido de futbol si juega en su equipo un jugador que no les gusta, apartarán
un plato de su mesa si un ingrediente no les entusiasma, o se saldrán del cine
si uno de los secundarios que aparecen en la película dice una frase sin el
tono apropiado.
El esnobismo de la izquierda siempre ha sido su peor
enemigo. Como gente crítica que son sus votantes, siempre se ha visto amenazada
con la nube de la abstención por una coma aquí o una tilde allá. Sin embargo,
la derecha, masa disciplinada, acude a las urnas con el voto preparado de casa
y deposita su papeleta en la urna llueva o nieve.
Desde este modesto medio os pido que no caigáis en las
trampas de la campaña, no os dejéis engañar por los saboteadores que trabajan
para el partido abstencionista y acudáis en tropel a votar (aunque sea un lema
de pasadas elecciones del Partido Popular) con cabeza y corazón.
Imperator Caesar
Cerverius
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