El Museo de Zaragoza realizó -desde 2015 hasta el pasado marzo de 2018- una exposición temporal dedicada a Andô Hiroshige (1797-1858), más conocido como Utagawa Hiroshige (歌川広重), maestro por excelencia de la xilografía japonesa Ukiyo-e (expresión que viene a significar «pinturas o imágenes del mundo que fluye o flotante»), un artista que comenzó como supervisor de una estación de bomberos en el centro de Edo (actual Tokio) siguiendo los pasos de su padre y que pronto pasaría a formar parte del prestigioso taller de ukiyo-e de Utegawa Toyohiro donde, rápidamente, adoptaría el nombre de la escuela como apellido propio siendo actualmente conocido como tal a nivel mundial. Es importante recordar que el orden de nombres y apellidos en Japón corresponde al contrario en España, es decir, primero se conoce el apellido y después el nombre, algo que a nivel social puede verse modificado dependiendo del grado de relación que se tenga con dicha persona (por ejemplo, entre un jefe de empresa y sus trabajadores, lo habitual es que se llamen por el apellido, siendo al contrario si son amigos, familiares cercanos, etc.).
En realidad, se desconocen muchos datos sobre el artista puesto que, a pesar de que hubiera escrito una autobiografía, al poco de morir ésta desapareció debido a un fatídico incendio. A pesar de ello, podemos encontrar su esencia y saber hacer en sus obras, un excelente grabador muy solicitado gracias a su ascenso en el oficio.
Esta exposición se pudo disfrutar gracias a la entidad organizadora: la Fundación Torralba-Fortún cuyo fundador, Don Federico Torralba Soriano, historiador del arte y entusiasta del arte japonés, en especial de Hiroshige, dispone de una amplia colección de arte japonés, la cual cedió al Museo de Zaragoza el cual ha querido rendirle homenaje a la gran predilección que siente por el artista nipón, y al gran trabajo que ha realizado por el estudio y difusión de este arte en nuestra comunidad. Sin olvidarnos de otras entidades organizadoras, debo mencionar al Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, Gobierno de Aragón, etc., así como la colaboración imprescindible de la Asociación Aragón-Japón, dirigida por Kumiko Fujimura, quién también cedió algunas de sus piezas que pudieron verse en esta exposición, como es el caso del delicado y bello kimono expuesto en las vitrinas de la sala dedicada a la vida y cultura urbana, una representación de la belleza y elegancia de la mujer japonesa; destacada también la selección de piezas de diversos usos en la época Edo, así como la catalogación excelente realizada por el Grupo de Investigación Japón y España: Relaciones a través del Arte, liderado por la Dra. Barlés, quien realiza el papel de comisario junto al Dr. Almazán, ambos muy involucrados con la divulgación del arte japonés en nuestra comunidad y universidad, no sólo a nivel académico, sino también expositivo, puesto que también son coleccionistas de este arte del grabado japonés, y además son los responsables de los textos de exposición.
Quisiera hacer hincapié en el amplio despliegue cultural que abarca esta exposición que llama la atención de amantes del arte japonés, y de quienes simplemente tienen curiosidad por ver «qué pintan estos chinos». Es una demostración total y completa del interés anteriormente mencionado, llevado al detalle con sumo cuidado, y que facilita a todo el público el acceso a este tipo de arte tan llamativo. Además, diversos libros que recorren la trayectoria del arte japonés, el japonismo europeo, la vida y obra del artista mencionado, etc., que podían ojearse allí mismo para adquirir mayor conocimiento in-situ. Es por tanto una completa y excelente exposición para el conocimiento.
Dispone de numerosas piezas acompañadas con su correspondiente cartel, en el que podiamos leer el título, la serie, firma y fecha, el editor, la estampa y su formato, además de conocer el nombre de quién cede la obra al Museo. También diferentes textos explicativos muy concisos que acompañaban a cada sección del área de Asia Oriental dispuesta en el Museo de Zaragoza. Una información adecuada para conocer el contexto histórico y social del autor, como de las obras mismas, que de forma sintetizada son capaces de hacer entender al espectador la importancia de cada motivo. Además, era una exposición muy bien estructurada, puesto que dividía claramente cada concepto y desarrollo de la época y la vida del artista, empezando por una resumida biografía de su vida y trabajo, incluyendo aspectos sobre la capacidad de observación del artista en su entorno, así como el estilo de vida urbana en la ciudad Edo, explicando la importancia del Ukiyo-e y su significado y, brevemente, la historia de los samuráis.
Un recorrido completo que transporta al visitante a la época en la que Hiroshige fue ligado al Japonismo europeo. Algunas de estas obras tan representativas de su estilo y visión del mundo expuestas en esta exposición temporal fueron las conocidas: Hashiba en la nieve, de la serie Treinta y seis ejemplos de orgullo de Edo (Edojiman sanjû rokkyû); Fujikawa, de la serie Cincuenta y tres estaciones del Tôkaidô (Tôkaidô gojûsan tsugi meisho zue), entre otras muchas además de libros con sus dibujos previos y bocetos, el material que utilizaba para realizarlos, etc.
Hiroshige destaca con su trabajo en el procedimiento conocido como nishiki-e, con el que lograba estampas a todo color, dando vida a sus paisajes y escenas cotidianas. Un artista que llama la atención a cualquier visitante, ya que en primera persona puedo decir que, gracias a esta exposición que vi por primera vez en 2015, me decidí más tarde a matricularme en esta carrera, sabiendo que estaba en el sitio ideal para adentrarme en las profundidades del Ukiyo-e y todo lo que rodea a esta técnica que ha sabido mantenerse a lo largo de los años, dentro y fuera de las fronteras japonesas, embelesando a todo aquel que detiene su camino para admirarlo.
Anexo: Imágenes tomadas en la exposición:
Fujikawa, Estación 38. Serie Cincuenta y tres estaciones del Tôkaidô.
Andô Hiroshige, 1855. Estampa nishiki-e, formato ôban (36x25cm).
Colección Federico Torralba, Museo de Zaragoza nº 53003.
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Detalle Hashiba en la nieve. Serie Treinta y seis ejemplos de orgullo de Edo.
Utagawa Hiroshige II y Utagawa Kunisada, 1864. Estampa nishiki-e, formato ôban (36x25cm).
Colección Federico Torralba, Museo de Zaragoza nº 49462.
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Detalle kimono de seda del siglo XX, colección particular. |
Detalle de la exposición: Estampaciones y material de trabajo. |
Detalle de la exposición: Vida urbana, la mujer y los samuráis en la época Edo.
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Texto realizado por la alumna Ana Mª Ortega Sanchez (pseudónimo Heiwa en este blog) para la asignatura Técnicas Artísticas del grado Historia del Arte, en la Universidad de Zaragoza, impartido por la profesora Dra. Belén Bueno Petisme en el curso 2017/2018. ®
HEIWA
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