Derecha + Centro derecha, Centro derecha + Centro izquierda, Centro izquierda + Izquierda... No importa la combinación que se intente, ninguna suma los 176 escaños necesarios para una investidura.
Si bien esto es cierto, sí que hay una posibilidad, la del Centro izquierda + Izquierda, que se queda más cerca que las demás. Desgraciadamente, esta posibilidad ha sido torpedeada desde el principio por todos los partidos implicados:
Torpedeada por el PSOE, que demonizó desde el primer día al partido morado e intentó chantajear para que les apoyasen, a cambio de nada, como si fuesen los únicos salvadores posibles frente a la derecha.
Torpedeado por Podemos, que utilizó palabras excesivamente duras, expuso líneas demasiado rojas y mostró una inmensa desconfianza frente a unos deseados socios que creyó que pasarían por el aro sí o sí.
Torpedeado por el aparato del PSOE, con Susana Díaz a la cabeza, que prácticamente prohibió a Pedro Sánchez formar gobierno con Iglesias.
Torpedeado por Iglesias, que con el ego herido por el "contigo no, bicho" del Secretario General del PSOE, tardó en entrar en las negociaciones y poco duró en salirse de ellas.
Y, finalmente, torpedeado por quien menos tenía que decir en el asunto, por quien su limitado número de diputados les debería condenar al ostracismo, por quien consiguió poner cara de poker y hacerles creer a los demás que eran imprescindibles en cualquier acuerdo: Ciudadanos.
Y en estas andamos, con la cuenta atrás cercana a su fin y con la convocatoria de elecciones casi imposible de evitar.
Así, el Partido Socialista se lanzó a un acuerdo con Ciudadanos que ha resultado ser más intocable que la Carta Magna. Aún sabiéndose insuficiente, Pedro Sánchez se presentó en el Congreso con 131 diputados y la apelación al resto de grupos de que sacasen su deber de Estado y le hiciesen presidente. Así, como el que pide la Luna y espera que se la den. La pregunta es: ¿Por qué no se presentó Sánchez con 161 diputados de un hipotético acuerdo de izquierdas? Al fin y al cabo, sin tener el éxito asegurado, siempre habría estado más cerca de la investidura.
En vez de eso, prefirió presentarse con mentiras que, a día de hoy, muchos siguen creyéndose.
Mentiras como que bastaba con que Podemos se abstuviese para que Sánchez fuese presidente. Mentiras como que el acuerdo del 161 reposaba la gobernación de España en manos de los nacionalistas. Mentiras como que el acuerdo con Ciudadanos expulsaría todas las políticas del PP y reformaría las instituciones.
La verdad, sin embargo, es muy diferente.
La verdad es que con la abstención de Podemos, Sánchez seguiría teniendo más noes que síes. La única posibilidad sería que los de Iglesias apoyasen un acuerdo al que no se les invitó y que choca frontalmente con sus ideas. Y eso es mucho pedir.
La verdad es que acudir a una investidura con 161 diputados no reposa nada en los nacionalistas. Cada grupo es libre para votar lo que quiera (faltaría más) y sí éstos quieren apoyar o abstenerse aun sin haber negociado nada, son perfectamente libres de hacerlo. ¿Por qué no se buscó la abstención de Ciudadanos al 161 en vez del sí de Podemos al 131? ¿Por qué si Podemos no apoya el acuerdo está bloqueando el cambio pero si Ciudadanos veta a Podemos en el gobierno es totalmente normal?
Y, finalmente, la verdad sobre el acuerdo "reformista" de PSOE y Ciudadanos. Acuerdo que cada uno vende de una manera. Para el PSOE, deroga la reforma laboral, ley de educación y ley mordaza. Para Ciudadanos sólo matiza algunas partes de las mismas. De igual manera, se vende una gran reforma institucional sin tener en cuenta que, para la mayoría de ellas, se requiere el apoyo del PP.
La verdad absoluta es que, los que tenían que ceder, no han cedido; los que tenían que dar, no han dado; y los que querían emponzoñar, han emponzoñado.
Como decía el Maestro Yoda: Mentiras, engaños, crear confusión... Imposible de ver el futuro es.
Imperator Caesar Cerverius
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