De Izquierda a derecha: Albert Rivera, Pablo Iglesias, Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Alberto Garzón. |
21 de Diciembre de 2015 o día 1 de la nueva era. Un nuevo tiempo sin mayorías absolutas, sin bipartidismo (o muy reducido) y con un parlamento muy fragmentado en el que se podrán oír muchas voces.
Las elecciones generales del 20D arrojaron un escenario inédito en la democracia de este país. Jamás los españoles se fueron a la cama sin saber quién sería su presidente. Se abre ahora un abanico de posibilidades para ver quién consigue formar gobierno (y sin descartar la posibilidad de repetir elecciones).
Por un lado, el Partido Popular, que sigue siendo el partido más votado con 123 diputados, pero pierde 63 escaños, la mayoría absoluta y la posibilidad (seguramente) de gobernar. En la sede de la calle Génova han intentado mantener una actitud triunfalista pero, por mucho que hayan salido a botar al balcón, se ve que han quedado tocados.
Como complemento al PP tenemos a Ciudadanos. Cualquier partido nuevo se daría con un canto en los dientes al pasar de 0 a 40 escaños, pero Albert Rivera se ha postulado en todo momento como presidenciable y las encuestas le han dado siempre bastante más representación. El catalán ha debido quedarse con una sensación más agria que dulce.
Cambiando a la banda izquierda nos encontramos con el Partido Socialista. Si hace cuatro años 110 diputados eran un fracaso, los 90 conseguidos por Pedro Sánchez son una debacle; salvo por un ligero apunte: que el hombre de la sonrisa profident podría convertirse en presidente.
El rodillo aplicado por Mariano Rajoy y el ninguneo del parlamento por su parte hacen muy difícil que ningún otro partido (salvo su marca blanca) les apoye. Este hándicap no lo tiene el bisoño secretario general del PSOE que, a base de negociar y (sobre todo) ceder, podría pactar con el resto del congreso la investidura. El legislar ya será otra historia.
Si a alguien necesitan los socialistas tanto en esa supuesta investidura como en la posterior actividad parlamentaria es a Podemos. Los de Pablo Iglesias han recibido en su corta vida unas de cal y otras de arena. Si tomamos como éxito la entrada inesperada en la Eurocámara y confirmamos su subida fulgurante con las elecciones municipales, no debemos pasar por alto su tropiezo con Catalunya Si Que Es Pot.
La formación morada se ha ido recuperando en las últimas semanas hasta plasmarse en los 69 representantes conseguidos. La soltura de Pablo Iglesias en campaña provocó una remontada que les deja a un 1,36% en votos del partido fundado por su homónimo. Ahora les toca plantear sus exigencias irrenunciables para apoyar a un presidente de izquierdas y traer a la población esas medidas sociales tan demandadas.
Si queda un gran damnificado de estas elecciones ese es Alberto Garzón y su fallida Unidad Popular. La ley electoral y la imposible confluencia con Podemos se han cebado con el malagueño. Los dos escaños conseguidos no son representativos del alrededor de 900.000 votos cosechados en toda España.
Las viejas rencillas personales, los inflexibles aparatos de partido, el inflado ego de los líderes y, seguramente, mil cosas más hizo que el entendimiento entre Izquierda unida y Podemos no fuera posible. Un entendimiento del que se habrían beneficiado ambos, al ver elevada su suma de diputados en 14 más, y los electores de izquierdas al verse más representados en un congreso con una sola formación y no con dos grupos parlamentarios recortados que tienen un programa muy parecido.
Sea como fuere, estas son las cartas con las que nos ha tocado jugar durante esta legislatura. En las próximas semanas se podrán ver los movimientos de unos y de otros. De momento, sólo uno de los candidatos, Mariano Rajoy, puede encomendarse al poeta Jorge Manrique y entonar aquello de que "cualquier tiempo pasado fue mejor".
Querido imperator, con los pocos años de experiencia que poseo más que vos (soy más vieja pero poco más) me siento orgullosa de ser la primera en comentaros.
ResponderEliminarDa gusto ver que aún hay gente joven que nos preocupa lo que pasa en nuestros órganos de gobierno, y si creo que de algo han válido estas elecciones ha sido para demostrar que no todos los jóvenes son unos pasotas que sólo piensan en salir de fiesta y creó que quizas esto sea debido a la irrupción de los nuevos partidos que se preocupan un poco más en el punto de vista de las nuevas generaciones. Espero que al menos sirva de algo.
Gracias por tu comentario, IceSinistra. Espero que sigas con asiduidad el blog y que te guste.
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