domingo, 24 de junio de 2018

UN DÍA EN LAS CARRERAS (PP EDITION)


Siete candidatos, como siete horrocruxes tenía Voldemort en la saga Harry Potter. Siete populares con intención de llegar a lo más alto de su partido y del gobierno de la nación. Siete políticos que lucharán en un acontecimiento que nunca se ha dado: las primarias del Partido Popular.
De la noche a la mañana Mariano Rajoy dejó de ser Presidente del Gobierno y, poco después, con la misma celeridad, convocó un Congreso Extraordinario y dejó el liderazgo de su partido. En una decisión sin precedentes, renunció a designar un sucesor y a intervenir de manera alguna en las primarias que están por celebrarse. Serán los militantes en primera vuelta y los compromisarios en segunda los que decidirán quién ocupa el puesto más alto de la calle Génova.
Pablo Casado, Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal, José Manuel García Margallo, José Ramón García Hernández, José Luis Bayo y Elio Cabanes se han lanzado a la carrera y han conseguido reunir los apenas cien avales necesarios para poder presentarse a la competición. No se preocupen si no conocen a los tres últimos. Excepto en su propia casa, nadie les conoce tampoco. Su presencia en esta disputa se limitará a tener su minuto de gloria y, quizás, adquirir un poco de visibilidad que les permita tener algo más de relevancia a nivel nacional a partir de ahora.
Nos centraremos en analizar, pues, a los cuatro con más posibilidades.
José Manuel García Margallo ha sido Ministro de Exteriores en el gobierno de Mariano Rajoy. Es una persona clara que no le importa decir en voz alta lo que piensa. Su mayor hándicap es la edad. Tiene 73 años. Seguramente no sea lo mejor para la renovación profunda que necesita el Partido Popular.
María Dolores de Cospedal ha sido Presidenta de Castilla La Mancha, Ministra de Defensa y Secretaria General del PP. Parece ser que nadie le ha dicho (y ella no ha debido darse cuenta) que es una persona que cae mal. Su alto puesto dentro del partido puede que le hayan otorgado los tentáculos necesarios para dominar el aparato y quién sabe si puede conseguir llegar a sentarse en el sillón de Rajoy, desde el que gobernaría el partido con disciplina y puño de hierro, pero de ahí a ganar la presidencia de la nación ya es otra historia. Aunque logue convencer a los suyos para que la elijan, no creo que despierte la simpatía de los electores para llegar a La Moncloa.
Soraya Sáenz de Santamaría ha sido Vicepresidenta y mano derecha de Mariano Rajoy. Era tal la confianza en ella que el gallego le dotó de poderes enormes entre los que se encuentran el mando sobre el CNI o la cartera de Administraciones Públicas, desde la que ha manejado el conflicto catalán y la aplicación del artículo 155 de la constitución. Al contrario que su compañera en la terna, Sáenz de Santamaría goza de la popularidad del pueblo. Se la tiene por persona capaz, diligente y directa. Pero dentro del PP ya es otra historia. No ha desempeñado ningún puesto orgánico y siempre se ha apartado de la defensa de la organización cuando ésta ha estado en problemas escudándose en su puesto institucional (puesto que no le ha impedido opinar de otros partidos). No obstante, las encuestas le posicionan por delante de su colega.
Pablo Casado lo tiene todo para convertirse en el próximo presidente del PP. Es joven (37 años), es Vicesecretario de Comunicación del partido, tiene contactos con varias familias en la organización y fue, con el 51,5% de los votos, uno de los diputados con mayor respaldo en las últimas elecciones generales (sólo aventajado por su compañero de la ciudad autónoma de Ceuta). Su parte oscura son las investigaciones que hay en curso sobre las irregularidades en la obtención de sus títulos universitarios y que podrían dar al traste con su ambición política. No obstante, tiene una ligera (pero importante) ventaja sobre sus competidoras: si se cuela en segunda vuelta, el odio que se tienen De Cospedal y Sáenz de Santamaría entre ellas podría otorgar a Casado el apoyo necesario para imponerse sobre su rival.
El 5 de Julio votará la militancia y, entre los dos candidatos con más respaldo, el 20 y 21 de Julio los compromisarios decidirán quién se convierte en presidente del Partido Popular.El elegido tendrá por delante la tarea de renovar la organización, desterrar los casos de corrupción y juzgar férreamente a los que pudiesen aparecer, hacer una oposición en el Parlamento que logre convencer a la gente, alzarse con el carisma necesario para restarle protagonismo a Albert Rivera y convencer al electorado que parece estar arrimándose (según las últimas encuestas) a Pedro Sánchez.Si el nuevo líder ofrece la visión de una nueva derecha moderna y del siglo XXI, quizás sea capaz de mantener el partido en lo más alto, pero si mantiene las políticas seguidas hasta ahora y no muestra ningún síntoma de renovación, será engullido por la marea naranja de Ciudadanos.

Imperator Caesar Cerverius 


miércoles, 13 de junio de 2018

EL GOBIERNO DE LAS ESTRELLAS


El Gobierno de los mejores. Ésa es la máxima que debía tener en la cabeza Pedro Sánchez desde hace tiempo para la hipotética posibilidad de llegar a La Moncloa. 17 personas, expertas en sus campos, con un objetivo claro: ganarse la confianza de los españoles en muy poco tiempo. El nuevo equipo de gobierno no tendrá una legislatura entera para llevar a cabo sus proyectos. Entra al campo a mitad de partido y, si Pedro Sánchez es fiel a su discurso en la moción de censura, consensuará con el resto de grupos políticos la fecha de unas elecciones anticipadas. Pero, hasta que ese día llegue, tiene un trampolín perfecto desde el que hacer campaña.
El PSOE tiene mucho que remontar si quiere volver a ser el partido más votado pero, de momento, ha empezado con buen pie. Su nuevo Consejo de Ministras y Ministros tiene un marcado carácter técnico que acallará cualquier acusación de deslegitimidad; exhala un hálito europeísta cuyo objetivo es volver a colocarnos en la toma de decisiones de la UE; posee una proyección profesional que tranquiliza a las instituciones de Bruselas y a los mercados; y cuenta con una serie de “fichajes estrella” que dota de ilusión a los ciudadanos, deseosos de creer de nuevo en su país.
Renovar RTVE para que vuelva a ser un organismo independiente y creíble, revertir algunas de las políticas más reaccionarias del Partido Popular, apostar por las energías renovables, acabar con el copago farmacéutico, dotar a la educación y a la investigación del presupuesto necesario para salir de los últimos puestos internacionales, enderezar el torcido rumbo que lleva el conflicto catalán... Mucho trabajo para muy poco tiempo. Las personas encargadas para ello son profesionales que saben que su tiempo es limitado y que en cualquier momento se puede acabar. Por ello tendrán que trabajar diligentemente para que ésta vuelva a ser la nación que se merecen los ciudadanos. Pero no solamente requerirá diligencia, sino también diálogo. Cuenta Pedro Duque, nuevo Ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, que, cuando le llamó el Presidente, le dio carta blanca para llevar a cabo sus ideas en la materia pero también le emplazó a hacerlo con el consenso necesario para que dichas ideas no sean temporales, sino que fragüen en el sistema y sean permanentes. Y es que, a parte de que la minoría de 84 diputados socialistas requerirá dialogo para sacar adelante sus políticas, los partidos tienen la obligación de empezar a alcanzar ciertos pactos que no echen abajo lo construido cada vez que La Moncloa cambie de inquilino.
La Ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha expresado su deseo de trabajar desde el día 1 en los próximos Presupuestos Generales del Estado, así que podría intuirse que la idea de Sánchez es permanecer en el puesto al menos un año y convocar elecciones con las cuentas aprobadas.
Éste será un año de duros debates en el Congreso para todos los partidos. El PP está buscando un nuevo líder que deberá hacer autocrítica y modernizar el partido si no quiere perder su electorado en favor de Ciudadanos. Ciudadanos tendrá que encontrar la manera de quitarse el estigma de haberse negado a echar a Mariano Rajoy. El camino de Podemos pasará por “desenrabietarse” por no haber podido entrar en el Gobierno y deberá hacer una oposición constructiva en la que ir aportando sus ideas en las reformas que se vayan aprobando. De esta forma, con el resto de grupos parlamentarios buscando su sitio en la nueva situación, Pedro Sánchez tiene una oportunidad única para lucirse y dejar que se luzca este Gobierno de las estrellas.

Imperator Caesar Cerverius



martes, 5 de junio de 2018

CÓMO ASCENDER EN LA VIDA: DEL INFIERNO AL CIELO CON PEDRO


Te quedas en coma la noche del 1 de octubre de 2016, y pasa esto: en un caótico y tenso congreso, Pedro Sánchez dimitía de su cargo de Secretario General del PSOE en uno de los momentos más convulsos de la historia de este partido, azotado por una profunda división interna entre “oficialistas” y “susanistas” y con una crisis de resultados electorales sin precedentes.
Te despiertas en la cama de un hospital -público por supuesto a menos que seas lacayo y súbdito de Esperanza “Carmaggedon” Aguirre- y pasa esto: El 1 de junio de 2018, en un tenso debate parlamentario enmarcado en una moción de censura contra M. Rajoy, Pedro Sánchezobtiene 180 votos favorables y se convierte en el séptimo Presidente del Gobierno de la democracia española
JOOODER. Tras el impacto inicial y no ahorcarte con el gotero, te preguntas qué ha pasado con España. 
Veamos.
Los dantescos personajes, el funcionario berberechil M. Rajoy, la abobada María Soraya Sáenz de Santamaría Antón y el chupasangre Cristóbal María Montoro han sido las tres cabezas más visibles y destacadas de un Partido Popular azotado por la corrupción sistémica e interna del partido -desde 1989-, por una crisis de confianza de la opinión pública y de sus votantes, por el sainete que han hecho frente al problema catalán (Puigdemont y colaboradores huidos al extranjero) y el PP atrincherado tras las togas de los jueces, manifestando su incompetencia. Demasiadas gotas han acabado derramando el vaso. Y parece que la correlación de fuerzas en la derecha española va a pasar del vino a la Fanta de naranja. 
Ahora se abre una etapa muy curiosa: hay un Presidente del Gobierno en la Moncloa sin haber pasado por las urnas -saludos desde este modesto blog a Susana Díaz- y que gobierna con apoyo de Podemos -reclamando su parte del pastel: dame un ministerio o te saco la navajilla de Vallecas, perdón Galapágar- y nacionalistas (anda mira, como Aznar en el 96 con Pujol y Arzallus). Ciudadanos, los hijos de las encuestas, se han quedado en shock ya que cuando parecía que iban a arrebatar el poder al PP, viene el PSOE y les adelanta por la izquierda. 
Toca recomponerse porque el discurso va a cambiar. Al 3 veces muerto y 4 veces resucitado Pedro Sánchez los nacionalismos periféricos le van a pedir cuentas por apoyarle. Quid pro quo. Y esas cuentas exigen negociaciones y tender unos puentes volados entre España y Cataluña. Podemos tratará de hacerse con un ministerio pero puede que consigan un cargo más bajo: ojalá se hagan con el control de RTVE, suspendan el programa de Cárdenas y pongan “La Tuerka” para que sea vista por fin por más de tres personas. Por su parte, Ciudadanos está en fuera de juego discursivamente hablando, porque su oposición blanda era contra el PP, no contra el PSOE y creían que Rivera iba a suceder a Rajoy en La Moncloa. Con Felisuco y Cantó de ministros y el perturbado de Girauta reencarnado en Goebbels. Ahora toca reformar su política y bramar por unas elecciones que les haga soñar.
¿Y el PP? Bueno, se abre un periodo muy interesante a ojos del ciudadano. Tras llevar a cabo una legislatura basada actuar como un funcionario que huye ante los problemas o espera a que escampen con otro problema mayor, el caducifolio M. Rajoy debe afrontar que su tiempo ha pasado y que es necesaria la regeneración dentro de su partido -tal y como piden sus bases de forma explícita JA JA JA- Esto puede llevar a una lucha interna entre algunos candidatos: el narcocolega Feijóo, Pastor, “másteres en Derecho” Casado o “la militara en diferido” Cospedal. Si antes Soraya con cadáveres en el armario (Soria, Margallo, Cifuentes…) no se los carga antes con unos másteres falsos, cursos ficticios o vídeoscleptómanos… Eso sí, en términos discursivos no han perdido las viejas maneras al desempolvar la retórica revanchista y utilizar al terrorismo como arma arrojadiza. Como en 2004 con infausto recuerdo, puesto que es una forma de no reconocer los errores internos. 

Polvo, sudor y hierro, Pedro I cabalga.