Pedro, de la Casa Socialista, llamado "El renacido". El primero de su nombre en ocupar la secretaría general, el vigésimo que lidera el partido, el primero que es elegido directamente por los militantes. No una, sino dos elecciones primarias ganó, el mismo número de elecciones generales que perdió. Pero eso quizá fue porque llevaba el programa de otros, en vez del suyo propio. Le trataron como a un títere, le maniataron a la hora de forjar alianzas y le quisieron obligar a dar su voto a un gobierno de derechas. Esto último no lo consiguieron, pues él prefirió dimitir que renunciar al ya famoso "no es no". Ahora vuelve, con energías renovadas y con un mandato legitimado para hacer y deshacer. Y no está dispuesto a repetir los errores del pasado.
Renuncia a tutelajes, dejando a los barones territoriales fuera de la ejecutiva federal. Busca conciliación y armonía, poniendo (así se prevee) a un hombre honesto y educado al frente de la secretaría de organización. José Luis Ávalos es una persona que habla sin pelos en la lengua, haciendo autocrítica por lo que ha hecho mal el partido, y que buscará la sintonía con los secretarios regionales a través del acuerdo, no por la fuerza como su antecesor César Luena.
Por último, Sánchez busca devolver al Partido Socialista al lugar que ideológicamente le pertenece, la izquierda. Y con ese lema irá al Congreso Federal del PSOE de los próximos 16 y 17 de junio: "Somos la izquierda". Vuelta a la socialdemocracia, vuelta a conectar con la gente, vuelta a pescar votos a sus rivales políticos. Esta vez el caladero es de color morado, el morado de Podemos, con el que también se tendrán que entender si quieren expulsar al gobierno corrupto de Mariano Rajoy, pues el bipartidismo ya está enterrado (esperemos que) para siempre. Sánchez e Iglesias tendrán que ir de la mano para devolver la dignidad y la confianza a una clase política con la que hace mucho tiempo que no se ven representados los ciudadanos.
Y Sánchez mira más allá del Canal de la Mancha para mirarse en el espejo. Un espejo que muestra a otro izquierdista, el laborista británico Jeremy Corbyn. Corbin también tuvo que enfrentarse a dos elecciones primarias y, al igual que Sánchez, las dos las ganó sobradamente. Ahora, tras reducir distancias con la conservadora Theresa May, el laborista promete también devolver al partido a su lugar. Habrá que estar con la vista fija sobre el país de la Unión Jack porque, quizá, para ver el futuro de nuestro país, haya que mirar hacia la ciudad del Támesis.
Imperator Caesar Cerverius
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