jueves, 25 de mayo de 2017

HACE MUCHO TIEMPO, EN UNA GALAXIA MUY MUY LEJANA...



Unos focos iluminando el cielo nocturno, unas letras que brillan (aunque originalmente fueron verdes) y unos redobles de tambor y trompeta que te empiezan a poner la carne de gallina. Silencio total y, sobre fondo negro, unas letras azules que rezan "Hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana..." De repente... ¡¡¡Boom!!! Una verdadera explosión de sentidos: Una orquesta atronadora, un rótulo brillante, con letras nunca vistas, en las que se entiende STAR WARS, una parrafada que no alcanzas a leer del todo por la rapidez de paso y una pequeña lanzadera a la que le sigue y sigue y sigue una monstruosamente grande nave espacial. De pronto te das cuenta de que estás agarrando con las uñas tu butaca. Has quedado atrapado y nunca podrás liberarte. 




Así es el escenario creado por George Lucas. Novedoso para su tiempo (nadie había visto nada igual y nadie creía en ello), personajes claves con los que empatizar (el joven granjero, el carismático granuja, la doncella, el sabio) y todos los elementos que, según Joseph Campbell, tiene que tener una buena historia.

Mucho tuvo que luchar Lucas para llevar a cabo esta ópera espacial que le cambiaría la vida: Peleas económicas con el estudio, discusiones con un equipo técnico que no creía en el proyecto, paciencia con unos actores que se tomaban el rodaje a broma, un ataque al corazón, incluso un divorcio. Pero todas esas complicaciones se terminaron plasmando, el 25 de mayo de 1977 en una película que revolucionaría el panorama cinematográfico y que forjaría un imperio valorado en 4.050 millones de dólares (importe por el que vendió Lucasfilms a Disney).

Películas, series de televisión, novelas, cómics, juguetes, camisetas y merchandising en general...
Este desconocido director, nacido en un pequeño pueblo de California (Modesto), supo rentabilizar al máximo su obra. Star Wars creó una legión de fans que no sólo consumían todo producto relacionado con la franquicia, sino que demandaban más material, más historias, más películas. Los fantásticos efectos especiales convirtieron a la (inicialmente) trilogía en una saga que aguantaba perfectamente el paso del tiempo, lo que permitió su alcance a un público joven que no le importó sumarse al tren de fans.


Steven Spielberg a la izquierda y su amigo George Lucas a la derecha.




Escenas del especial de 1978
Escena del especial de 1978

Pero no todo fueron risas y ron...bueno, risas igual sí. 
La franquicia llegó a un punto que parecía aguantarlo todo y ese exceso de confianza acabó en algunas meteduras de pata. Como el especial navideño de Star Wars de 1978, que te hace pensar inmediatamente: "Tengo un mal presentimiento", el propio George Lucas aún intenta deshacerse de esa "Comedia" desde aquellas navidades. Otro ejemplo es la película "La aventura de los Ewoks" que llegó incluso a dividir a los fervientes fans en lovers y haters de estas diminutas criaturas que juegan un papel crucial en "El Retorno del Jedi", película que a punto estuvo de llamarse "La venganza del Jedi", si no fuera porque a George le vino a la mente la idea de que un Jedi no debería vengarse. 


Póster promocional antes de cambiar el título de la película
al definitivo: Return of the Jedi.

Pósters y material de marketing de aquel Luke vengativo todavía se cotizan al alza, albergando la pequeña esperanza, de algún fan que otro, de que un día Luke visite de lleno el lado oscuro, al igual que hizo su padre. Así se forja una leyenda, poniendo matices aquí y allá al gigante universo ya creado.





Imagen de Fotogramas.es

Y el estreno de un nuevo episodio, 22 años después del lanzamiento del original, hizo que la historia llegase a una nueva generación. Y con ello también llegó la polémica de Hayden Christensen y su interpretación robótica, o la famosa relación, falta de toda química, entre Anakin (Hayden Christensen) y Padme (Natalie Portman) en "Episodio II: El ataque de los clones". 




Pero todo esto es totalmente perdonable a cambio de todo lo demás, toda esa lejana galaxia que, hace hoy 40 años, cambió el universo del cine y la ciencia ficción para siempre.





miércoles, 24 de mayo de 2017

LA VENGANZA DE LAS BASES


Érase una vez un líder político cuyas ideas no gustaban a sus compañeros. Este líder no era uno cualquiera, sino el primero que había alcanzado su puesto por elección directa de los militantes. Él creía en la nueva política, en consultar a las bases y en impedir los gobiernos corruptos de derechas. Pero un buen día, los que le ayudaron a llegar al poder creyeron que, por el hecho de haberle ayudado, tenían derecho a tutelarle y marcarle los pasos a seguir. Estos "compañeros" no compartían la renovación buscada por el líder. Ellos eran más de seguir como los últimos 140 años: familias políticas, endogamia y gobierno de unos pocos. La máxima representante de esta corriente era una joven sevillana que había llegado a dirigir una comunidad autónoma. Como era aclamada en su región, creyó que el resto del país se contagiaría y la entronizarían. Ella era la favorita de las élites. Como representante de las viejas políticas, empresarios y medios de comunicación la preferían, pues con ella estaba asegurada la continuidad de sus privilegios.
La líder andaluza empezó a acosar más y más al secretario general hasta que por fin le hizo caer. Todo salía a pedir de boca.
Una gestora se encargaría de la dirección del partido hasta que se convocase un congreso y unas primarias para ocupar el cargo vacante. Pero esta gestora no era independiente, sino que estaba plagada de afines a la sureña. De esta forma se controlaron los tiempos y se forjaron las condiciones que más favorecían a la líder en la sombra.
Pero el antiguo secretario general caído volvió de su destierro y prometió plantar batalla. Empezó a acudir a actos y a recaudar dinero para su campaña. Sus adversarios, desconectados de la realidad, le subestimaron y creyeron que haría el ridículo, pues ellos planeaban un desfile militar para la andaluza. Pero las bases, que se sentían traicionadas porque la gestora había regalado el gobierno de la nación a la derecha corrupta, se entregaron fielmente al ex-dirigente.
Llegaron las primarias y la aspirante salió derrotada. Su cara, y la de sus allegados, era una mezcla de tristeza e incredulidad. Como si no supiesen qué había ocurrido.
Dirigentes territoriales, diputados, senadores, incluso ex-presidentes del gobierno que abandonaron su imagen de figura neutral para apostar por la andaluza, han quedado expuestos por la agresividad mostrada durante la campaña contra el ganador.
En las manos del reelegido secretario general estará ser magnánimo, hacer borrón y cuenta nueva e integrar a todas las sensibilidades o sacar las guadañas y empezar a cortar cabezas. Lo primero significaría hilvanar la aguja destinada a coser los desgarrados retales del partido. Lo segundo, verter más sangre a una ya excesivamente desangrada organización. Lo uno o lo otro se resolverá en el próximo relato.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Imperator Caesar Cerverius

lunes, 15 de mayo de 2017

EL CHISTE SIN GRACIA


Un vasco, un madrileño y una sevillana entran en la sede del PSOE...
Podría ser el comienzo de un buen chiste, si no fuera porque, más que un chiste, es un drama. Uno de esos que, poco a poco, te calan y acabas llorando desconsoladamente. Un drama de intrigas, traiciones y apuñalamientos. Un drama que podría acabar con un partido centenario, o con él mismo dividido en dos. Y es que la guerra (la puta guerra, que diría Pérez-Reverte) sólo trae dolor y miseria.
La suerte está echada y, el que aún no tuviese decidido el sentido de su voto para las primarias socialistas del próximo domingo, el debate ofrecido por los candidatos a la secretaría general no va a resolverlo. Un debate en el que no ha podido verse nada nuevo.
La confrontación entre los aspirantes al sillón de Ferraz no ha dejado de estar desprovista de cierta ironía, pues se ha llevado a cabo en la misma sala que aquel fatídico 1 de octubre acabó con el mandato de Pedro Sánchez. Al madrileño se le han debido de revolver las tripas y ha tirado de guión para atacar a Susana Díaz: deslealtad, falta de proyecto de partido y abstención. Abstención, abstención y abstención. El sentido de voto que dio el gobierno al corrupto Partido Popular y por el que cayó el ex-líder del puño y la rosa.
La de Triana tampoco es que haya estado más original, echando en cara a Sánchez sus mentiras, bandazos y coqueteos con Podemos. La que fue aspirante a la espera de aclamación, después titiritera del novato madrileño y finalmente conspiradora para derrocarle ha perfilado un negro futuro para el partido en el caso de que el ex-secretario general recupere el poder. Seguramente los seguidores sanchistas dibujarán un porvenir tan oscuro, o peor, si la Presidenta de la Junta de Andalucía consigue cruzar Despeñaperros.
Y en medio, tanto real como figuradamente, se ha situado Patxi López. Con su talante moderado ha llamado a unir el PSOE desde la tolerancia a ambos bandos y ha reclamado para sí el timón por el que navegar a la reconstrucción de la socialdemocracia española. El vasco tampoco ha dicho nada nuevo de lo que viene repitiendo desde que saltase a la carrera por el liderazgo.
Los avales presentados hace unos días (59.000 Díaz, 53.000 Sánchez y 11.000 López) ponen de manifiesto varias cosas:
1 - Patxi López no va a ganar, pero tiene un número suficiente de seguidores para tenerlo en cuenta en el nuevo organigrama.
2 - Susana Díaz es incontestable en Andalucía, pero el resto de España está muy lejos de jurarle lealtad.
3 - Pedro Sánchez no está tan lejos de su archienemiga como para pensar que la batalla está decidida.
Ni el más aventajado de los demoscópicos (los independientes, al menos) se arriesgaría a adelantar un resultado. Cualquier cosa podría pasar.
Normalmente suele decirse aquello de "el que ríe el último, ríe mejor", pero en este caso, el que ría el último quizá tenga también que llorar por ser el encargado de poner la tapa al féretro del partido más antiguo de la historia de España.

Imperator Caesar Cerverius