jueves, 30 de marzo de 2017

TRES SON MULTITUD

Aleluya!
Todos podemos entonar la canción de Leonard Cohen porque, tras años de maquinaciones, amagos e intentonas, Susana Díaz, alias "La Más Grande", se ha decidido a dar el paso y competir por la secretaría general del PSOE. Y, como la Reina del Sur que es, no podía hacerlo de forma sobria, claro. Como si de una boda real se tratase, ahí se encontraba la flor y nata del socialismo español. Ex-presidendes del gobierno, ex-secretarios generales, ex-ministros, presidentes autonómicos, alcaldes, diputados, senadores... Todo el aparato del partido rendido a los pies de la presidenta de la Junta de Andalucía. Por mucho que Javier Fernández se ausentase del acto para representar la neutralidad de la Gestora que dirige, está claro que la misma ha trabajado desde el minuto uno, aquel fatídico 1 de octubre que será la vergüenza de Ferraz durante años, para que la trianera llegase a lo más alto.
Desde las políticas ejecutadas por el grupo parlamentario socialista hasta los tiempos manejados para la celebración del Congreso Federal y las primarias, todo ha sido determinado para que se moldease a Susana Díaz.
Está claro que, de elegirse secretarios generales como antiguamente, por el método de los delegados, la andaluza ganaría por goleada. Su control del partido y de la mayoría de barones es total. Pero, hace tres años, el que ahora ejerce como telonero suyo, Eduardo Madina, exigió que el máximo dirigente de la organización se eligiese por el método de "un militante, un voto". Eso inclina, o al menos iguala, la balanza hacia Pedro Sánchez.
El madrileño ha sabido rentabilizar el "No es No",que en su día le alejó de Ferraz, para meterse a las bases en el bolsillo y lograr mantenerse como favorito para recuperar el sillón del puño y la rosa.
La incógnita está en si los militantes se mostrarán independientes al orientar su voto o se someterán a lo que les indiquen sus dirigentes territoriales (como ya pasó en 2014).
De momento, el sistema de donaciones a través de crowdfunding, llevado a cabo por Sánchez, muestra el enorme apoyo que posee. Su discurso se ha vuelto mucho más de izquierdas, mostrando su predisposición a pactar con Podemos y prometiendo devolver al partido al lugar que le pertenece.
El tercero (y, salvo sorpresa, el último) en discordia es Patxi López. Aunque las encuestas le ponen en segunda posición, la realidad es que ésto es cosa de dos y él no es uno de ellos.
El ex-lehendakari ha ido poco a poco sumando apoyos y demostrando con su talante conciliador que, seguramente, sería lo que necesita el PSOE para curar heridas y rehacerse. Pero, mal que le pese, el vasco no levanta las pasiones necesarias para arrollar a sus competidores.
Son varias las voces que reclaman a Sánchez y a López que junten en una sus candidaturas, ya sea encabezándola uno u otro pero, de momento, ambos hacen oídos sordos.
La fecha más probable para la celebración de las primarias es el 21 de mayo.
La guerra está servida en el Partido Socialista y la primera batalla será la recogida de avales. Cada candidato deberá recoger, al menos, un 5% de firmas sobre el censo socialista. Se supone que ninguno de los tres tendrán problemas para juntar las alrededor de 9000 rúbricas necesarias pero, una vez más, al igual que en las pasadas primarias de 2014, los candidatos no se limitaran a recoger esa cantidad. El monto total de avales de cada uno permitirá, al que más consiga, sacar músculo y marcará la tendencia de cómo irán las votaciones.
El equipo de Sánchez ya se está tapando la herida antes de sangrar y manifiesta que muchos militantes avalarán a Díaz para mantener las apariencias pero luego votarán por ellos. O bien estos dirigentes son unos ingenuos o directamente unos mentirosos, pues la carambola que argumentan no se sostiene. Ya sea por lo uno o por lo otro, ambas son cualidades a las que cualquier aspirante deberá renunciar si pretende dirigir este partido con más de 135 años de historia.
                         
                         Imperator Caesar Cerverius

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