A penas poseemos conocimientos sobre la vida de Hesíodo, salvo aquello que aporta él mismo en sus dos obras principales: Teogonía y Trabajos y días. Era un campesino, hijo de un comerciante de Cime (La Cumas asiática), que, tras verse arruinado, se asentó en Ascra (Trab. 631-640), donde nació y vivió nuestro autor. Ascra fue una pequeña aldea beocia, pobre, pero vecina de Tespias, que era un centro cultural importante a los pies del monte Helicón. Aquí se realizaban importantes certámenes poéticos vinculados al culto de las Musas, a los que asistían cantores de diferentes lugares del mundo conocido hasta ese momento. Hesíodo tenía un hermano, Perses, contra el que entró en litigio por la herencia (tierras) recibida de su padre (Trab. 27-41). Este hecho será el pretexto del poema Trabajo y días, donde el autor presenta una serie de consejos a su hermano. En cualquier caso, parece que la posición económica del poeta era lo suficientemente desahoga como para poseer un campo, utensilios de labranza para trabajarlo, el buey, los esclavos; así como para conocer y poder aconsejarle en el poema a su hermano, cual era la mejor estación para navegar con fines comerciales (Trab. 631-640); su hacienda también le permitía mantener un rebaño de ovejas, que pacían en el Monte Helicón, donde, según confiesa al comienzo de la Teogonía (22-26), lo iniciaron las Musas en el arte de la poesía:
“Ellas precisamente enseñaron una vez a Hesíodo un
bello canto mientras apacentaba sus ovejas a los pies del
divino Helicón. Este mensaje a mí en primer lugar me
dirigió las diosas, las Musas Olímpicas, hijas de
Zeus portador de la égida:”
De su carrera profesional
como poeta, sólo sabemos que viajó a Calcis, según el propio Hesíodo la única
vez que abandonó Ascra y se atrevió a navegar, para participar en una
competición poética[i]
celebrada con motivo de los juegos fúnebres en honor de Anfidamante. Se
proclamó campeón y el premio que obtuvo fue un trípode, dedicado por él a las
diosas del Helicón (Trab. 650-663).
Para
A. Pérez Jiménez, a partir de estos datos y de la influencia que tendrán
Hesíodo en los principales poetas líricos del siglo VII a.C., como Arquíloco,
se ha postulado, que nuestro autor vivió hacia la segunda mitad del Siglo VIII
a. C.
Trabajos y Días.
Desde
un punto de vista literario, Trabajos y Días
se ha considerado siempre el poema más indiscutible de nuestro autor, si bien
algunos críticos niegan la autenticidad de determinados pasajes (Días y
parte del contenido mágico que aparece)[ii]. Su estructura presenta una perfecta unidad
temática basada fundamentalmente en dos importantes ideas: trabajo y justicia.
Zeus es el garante de la
justicia; sin embargo, al contemplar la realidad humana, esa concepción de Zeus
hace que Hesíodo se planteé la responsabilidad del mal en el mundo. Para poder
explicarlo Hesíodo recurre a tres mitos:
El de Prometeo, el de Pandora y el de Las Edades, lo que le hace
concluir que es la propia naturaleza humana, la causante de dicho mal, por
tanto, a diferencia del mundo divino, el de la humanidad sigue un proceso de
degradación que solo finalizara cuando Zeus se decida a poner justicia
definitivamente.
Es una situación real del
propio poeta, lo que le hace realizarse dichos planteamientos y es: el litigio
con su hermano Perses por la herencia de su padre. La manera en que Hesíodo
intenta disuadirlo de continuar con éste es la de advertirle de la necesidad de
trabajar como único medio legítimo para evitar caer en la pobreza y el
hambre. Este será el tema principal del
poema, y Hesíodo ofrece a Perses, una serie de consejos de conducta social y un
calendario de trabajos para obtener el máximo rendimiento de la tierra, así
como sugerir como complemento a la agricultura, el comercio naval.
La sociedad en la obra de Hesíodo.
Los
datos biográficos que disponemos del autor, casan bien con el mundo de cambios
y experimentación que se dan en el transito del siglo VIII a.C. al s. VII a.C.
de la que Hesíodo no es sino su expresión.
La
realidad económica del mundo de Hesíodo, nos muestra una micro-sociedad campesina,
cuya estructura familiar y universo cotidiano es el del Oikos: vivir en las aldeas pobres como Ascra, donde el
hombre está en continua lucha con el medio para poder sobrevivir, la dificultad
de cultivar la tierra, el clima y el indispensable conocimiento del calendario
agrícola por estos campesinos, confluye con fuerza en los mitos, consejos y
prohibiciones de los Trabajos y Días.
A través de estas dos
obras, se nos muestra un mundo cambiante donde convivían por un lado la
exaltación de una estructura política piramidal coronada por los aristócratas, basileis,
estructura política sancionada por la victoria divina de Zeus, y la
proclamación por fin de los derechos del pueblo. Hesíodo pertenece a la clase
social, conformada por campesinos con suficiente autonomía, que surge de las
nuevas oportunidades propiciadas por el movimiento económico y demográfico de
las colonizaciones y por la aparición de la polis griega. Esta estructura
política se impondrá a las antiguas instituciones tribales, favorecida por la
aparición de estos pequeños campesinos poseedores de sus parcelas de tierra y
artesanos o comerciantes con cierto grado de independencia económica.
La libertad y autonomía aseguradas por la propiedad de un terreno de tierra suficiente para vivir y la conciencia de que esa autonomía tiene su futuro en el trabajo personal y de saber cómo y con qué hacerlo productivo, llevó a Hesíodo atreverse a aconsejar a los basileis contra su mala administración. Por encima de la antigua religión familiar, que presidía el jefe de la tribu, ahora está el poder de Zeus. Y por encima de la voluntad de la aristocracia y los jueces, el autor propone que debe haber una moral política a la que estén sujetos (Trab. 249-289):
“¡Oh reyes! Tened en cuenta también vosotros esta
Justicia; pues de cerca metidos entre los hombres, los
Inmortales vigilan a cuantos con torcidos dictámenes
Se devoran entre sí, sin cuidarse de la venganza divina”[iii]
De
hecho, el poeta expresa a una vez, el ideal individual del pequeño propietario
campesino y la crítica al lejano poder de los basileis en nombre de la justicia. Prefigura la forma que,
más tarde, tomará la puesta en cuestión del poder aristocrático: el recurso a
la ley escrita y la definición de los derechos del ciudadano.
Hesíodo
lo que trata en sus poemas es organizar el modo de vida de sus coetáneos, con
la introducción en su Teogonía
de un mundo divino más racionalizado y
estructurado, que el que nos ofrece Homero; a la vez que introducir la historia
y los trabajos cotidianos de los hombres, pero sometiendo su camino a un nuevo
concepto tanto social como moral, el de la justicia. Pero lo más importante del texto será el
ideal postulado por Hesíodo: que es el de trabajar la tierra nutricia, por
medio de una lucha sin tregua contra el medio, la propia autonomía y, con ella
la dignidad. Este ideal refleja fielmente la mentalidad griega, por la cual la
agricultura será siempre la actividad noble por excelencia, ya que permite al
campesino no depender de nadie salvo de los dioses. [iv]
Bibliografía
HESÍODO. Obras y
Fragmentos. Madrid, Gredos Editorial, 2000.
MOSSE, C. “El hombre y la
economía”. En: J.P. Vernant (ed.). El hombre Griego. Madrid, Alianza
editorial, 1983. Pp. 33-64.
RUZÉ, F y AMOURETTI, M.C. El Mundo
Griego Antiguo. Akal, Madrid, 1987. (III Edición año 2000).
[i]
A. Pérez Jimenez, en la
introducción de la edición de Gredos de HESÍODO. Obras
y Fragmentos. Gredos, Madrid, 2000. P. 11. Nos indica que “[…]la
tradición inspiradora de una obra que nos ha conservado ese Certamen tal como quedó redactado en el s. II d.C., lo hace contrincante nada
menos que del gran Homero.”
[ii]
En la Antigüedad Aristarco
atetizaba el Proemio (1-10) y Plutarco sospechaba de 654-662. Hoy en día
plantean dudas los versos 504-63 y sobre todo 724-59 y 765-final (Días)
que WILLAMOWITZ excluye de su edición. Información en “Introducción. Valor literario
de los Trabajos y Días” en HESIODO, (2000). P. 55.
[iii]
Trabajos
y días 249-252.
[iv]
A. PÉREZ JIMENEZ.,
“Introducción” en HESÍODO. (2000) Pp. 9-14 y RUZÉ, F y AMOURETTI, M.C. El
Mundo Griego Antiguo. Akal, Madrid, 1987. (III Edición año 2000). P 60.
Miss Rocher de la Tormenta
Enero 2022