sábado, 22 de enero de 2022

HESÍODO. LA NUEVA SOCIEDAD EN TRABAJOS Y DÍAS


 A penas poseemos conocimientos sobre la vida de Hesíodo, salvo aquello que aporta él mismo en sus dos obras principales: Teogonía y Trabajos y días.  Era un campesino, hijo de un comerciante de Cime (La Cumas asiática), que, tras verse arruinado, se asentó en Ascra (Trab. 631-640), donde nació y vivió nuestro autor. Ascra fue una pequeña aldea beocia, pobre, pero vecina de Tespias, que era un centro cultural importante a los pies del monte Helicón. Aquí se realizaban importantes certámenes poéticos vinculados al culto de las Musas, a los que asistían cantores de diferentes lugares del mundo conocido hasta ese momento. Hesíodo tenía un hermano, Perses, contra el que entró en litigio por la herencia (tierras) recibida de su padre (Trab. 27-41).  Este hecho será el pretexto del poema Trabajo y días, donde el autor presenta una serie de consejos a su hermano.  En cualquier caso, parece que la posición económica del poeta era lo suficientemente desahoga como para poseer un campo, utensilios de labranza para trabajarlo, el buey, los esclavos; así como para conocer y poder aconsejarle en el poema a su hermano, cual era la mejor estación para navegar con fines comerciales (Trab. 631-640); su hacienda también le permitía mantener un rebaño de ovejas, que pacían en el Monte Helicón, donde, según confiesa al comienzo de la Teogonía (22-26), lo iniciaron las Musas en el arte de la poesía:

“Ellas precisamente enseñaron una vez a Hesíodo un

bello canto mientras apacentaba sus ovejas a los pies del

divino Helicón.  Este mensaje a mí en primer lugar me

dirigió las diosas, las Musas Olímpicas, hijas de

Zeus portador de la égida:”

De su carrera profesional como poeta, sólo sabemos que viajó a Calcis, según el propio Hesíodo la única vez que abandonó Ascra y se atrevió a navegar, para participar en una competición poética[i] celebrada con motivo de los juegos fúnebres en honor de Anfidamante. Se proclamó campeón y el premio que obtuvo fue un trípode, dedicado por él a las diosas del Helicón (Trab. 650-663).

Para A. Pérez Jiménez, a partir de estos datos y de la influencia que tendrán Hesíodo en los principales poetas líricos del siglo VII a.C., como Arquíloco, se ha postulado, que nuestro autor vivió hacia la segunda mitad del Siglo VIII a. C.

Trabajos y Días.

Desde un punto de vista literario, Trabajos y Días se ha considerado siempre el poema más indiscutible de nuestro autor, si bien algunos críticos niegan la autenticidad de determinados pasajes (Días y parte del contenido mágico que aparece)[ii].  Su estructura presenta una perfecta unidad temática basada fundamentalmente en dos importantes ideas: trabajo y justicia.

Zeus es el garante de la justicia; sin embargo, al contemplar la realidad humana, esa concepción de Zeus hace que Hesíodo se planteé la responsabilidad del mal en el mundo. Para poder explicarlo Hesíodo recurre a tres mitos:  El de Prometeo, el de Pandora y el de Las Edades, lo que le hace concluir que es la propia naturaleza humana, la causante de dicho mal, por tanto, a diferencia del mundo divino, el de la humanidad sigue un proceso de degradación que solo finalizara cuando Zeus se decida a poner justicia definitivamente.

Es una situación real del propio poeta, lo que le hace realizarse dichos planteamientos y es: el litigio con su hermano Perses por la herencia de su padre. La manera en que Hesíodo intenta disuadirlo de continuar con éste es la de advertirle de la necesidad de trabajar como único medio legítimo para evitar caer en la pobreza y el hambre.  Este será el tema principal del poema, y Hesíodo ofrece a Perses, una serie de consejos de conducta social y un calendario de trabajos para obtener el máximo rendimiento de la tierra, así como sugerir como complemento a la agricultura, el comercio naval.

La sociedad en la obra de Hesíodo.

Los datos biográficos que disponemos del autor, casan bien con el mundo de cambios y experimentación que se dan en el transito del siglo VIII a.C. al s. VII a.C. de la que Hesíodo no es sino su expresión.

La realidad económica del mundo de Hesíodo, nos muestra una micro-sociedad campesina, cuya estructura familiar y universo cotidiano es el del Oikos: vivir en las aldeas pobres como Ascra, donde el hombre está en continua lucha con el medio para poder sobrevivir, la dificultad de cultivar la tierra, el clima y el indispensable conocimiento del calendario agrícola por estos campesinos, confluye con fuerza en los mitos, consejos y prohibiciones de los Trabajos y Días.

A través de estas dos obras, se nos muestra un mundo cambiante donde convivían por un lado la exaltación de una estructura política piramidal coronada por los aristócratas, basileis, estructura política sancionada por la victoria divina de Zeus, y la proclamación por fin de los derechos del pueblo. Hesíodo pertenece a la clase social, conformada por campesinos con suficiente autonomía, que surge de las nuevas oportunidades propiciadas por el movimiento económico y demográfico de las colonizaciones y por la aparición de la polis griega. Esta estructura política se impondrá a las antiguas instituciones tribales, favorecida por la aparición de estos pequeños campesinos poseedores de sus parcelas de tierra y artesanos o comerciantes con cierto grado de independencia económica.

La libertad y autonomía aseguradas por la propiedad de un terreno de tierra suficiente para vivir y la conciencia de que esa autonomía tiene su futuro en el trabajo personal y de saber cómo y con qué hacerlo productivo, llevó a Hesíodo atreverse a aconsejar a los basileis contra su mala administración. Por encima de la antigua religión familiar, que presidía el jefe de la tribu, ahora está el poder de Zeus. Y por encima de la voluntad de la aristocracia y los jueces, el autor propone que debe haber una moral política a la que estén sujetos (Trab. 249-289):

“¡Oh reyes! Tened en cuenta también vosotros esta

Justicia; pues de cerca metidos entre los hombres, los

Inmortales vigilan a cuantos con torcidos dictámenes

Se devoran entre sí, sin cuidarse de la venganza divina”[iii]

De hecho, el poeta expresa a una vez, el ideal individual del pequeño propietario campesino y la crítica al lejano poder de los basileis en nombre de la justicia. Prefigura la forma que, más tarde, tomará la puesta en cuestión del poder aristocrático: el recurso a la ley escrita y la definición de los derechos del ciudadano.

Hesíodo lo que trata en sus poemas es organizar el modo de vida de sus coetáneos, con la introducción en su Teogonía de un mundo divino más racionalizado y estructurado, que el que nos ofrece Homero; a la vez que introducir la historia y los trabajos cotidianos de los hombres, pero sometiendo su camino a un nuevo concepto tanto social como moral, el de la justicia.  Pero lo más importante del texto será el ideal postulado por Hesíodo: que es el de trabajar la tierra nutricia, por medio de una lucha sin tregua contra el medio, la propia autonomía y, con ella la dignidad. Este ideal refleja fielmente la mentalidad griega, por la cual la agricultura será siempre la actividad noble por excelencia, ya que permite al campesino no depender de nadie salvo de los dioses. [iv]

Bibliografía

HESÍODO. Obras y Fragmentos. Madrid, Gredos Editorial, 2000.

MOSSE, C. “El hombre y la economía”. En: J.P. Vernant (ed.). El hombre Griego. Madrid, Alianza editorial, 1983. Pp. 33-64.

RUZÉ, F y AMOURETTI, M.C. El Mundo Griego Antiguo. Akal, Madrid, 1987. (III Edición año 2000).

 

 



[i] A. Pérez Jimenez, en la introducción de la edición de Gredos de HESÍODO. Obras y Fragmentos. Gredos, Madrid, 2000. P. 11. Nos indica que “[…]la tradición inspiradora de una obra que nos ha conservado ese Certamen tal como quedó redactado en el s. II d.C., lo hace contrincante nada menos que del gran Homero.”

[ii] En la Antigüedad Aristarco atetizaba el Proemio (1-10) y Plutarco sospechaba de 654-662. Hoy en día plantean dudas los versos 504-63 y sobre todo 724-59 y 765-final (Días) que WILLAMOWITZ excluye de su edición. Información en “Introducción. Valor literario de los Trabajos y Días” en HESIODO, (2000). P. 55.

[iii] Trabajos y días 249-252.

[iv] A. PÉREZ JIMENEZ., “Introducción” en HESÍODO. (2000) Pp. 9-14 y RUZÉ, F y AMOURETTI, M.C. El Mundo Griego Antiguo. Akal, Madrid, 1987. (III Edición año 2000). P 60.


Miss Rocher de la Tormenta

Enero 2022


 

domingo, 9 de enero de 2022

HACERLE LA CAMA A UN MINISTRO

 

hacer la cama

  1. Preparar la cama para acostarse en ella poniendo las sábanas y toda la ropa necesaria de forma adecuada.
  2. COLOQUIAL Trabajar en secreto para perjudicar a alguien.

Cuando Alberto Garzón se hizo cargo de la cartera ministerial de Consumo, en el marco de los acuerdos entre PSOE y Podemos para formar gobierno, parecía que ésta era un área menor, fruto de un reparto de sillones entre los que correspondían un determinado número a la formación morada. Fuera o no así, el Coordinador Federal de Izquierda Unida se propuso trabajar para llevar a cabo medidas que consiguiesen mejorar la vida de los españoles. Entre los logros ya conseguidos se encuentran: limitar la publicidad de apuestas deportivas y juegos de azar, una verdadera lacra entre la juventud; el aumento del IVA para bebidas azucaradas, con el objetivo de reducir su consumo, especialmente dirigido a combatir la obesidad infantil; poner coto a los abusos de líneas telefónicas 902; impulsar el etiquetado NutriScore, para visibilizar de forma sencilla la calidad de un producto; o garantizar las devoluciones de las cláusulas abusivas hipotecarias, particularmente dolorosas para las familias tras la crisis.

Entre otras iniciativas, el Ministro hizo unas recomendaciones dirigidas a reducir el consumo de carne roja, de cara a mantener una sostenibilidad medioambiental y mejorar la salud de los ciudadanos. La oposición se lanzó en tromba a criticar las declaraciones, acusando a Garzón de querer atacar a la ganadería española, y pudimos ver numerosas imágenes, en forma de tweets, de la derecha, comiendo generosos entrecots, devorando jamones y disfrutando de diversas carnes rebozadas, en un ejercicio de vergüenza ajena mayúsculo. Preguntado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre la polémica, prefirió ponerse de lado y responder “A mí, donde me pongan un chuletón al punto… eso es imbatible”. No importaba que los organismos de salud internacionales estuviesen a favor de la reducción del consumo del que hablaba Garzón. Era desdeñable que la mayoría de los médicos estuviesen en la línea de esas declaraciones. Nada se dijo de que esas recomendaciones ya estaban en el programa del propio Gobierno en el departamento de Agenda 2030. Ni siquiera se advirtió de que eran… eso: recomendaciones. En ningún caso se hablaba de prohibir.

Está claro que, cuando se impulsan ciertos tipos de medidas “poco habituales”, la oposición va a sacar sus cuchillos y se va a poner en pie de guerra. Es su función, como su propio nombre indica, de “oponerse” al Gobierno. Luego habría que entrar a analizar si deberían estar en contra de todo o hacer un ejercicio de ponderación sobre si las medidas son beneficiosas. Pero es especialmente doloroso que tus propios compañeros de Gobierno, aunque sean de otro partido político, no salgan en defensa, o ni siquiera apoyen, las iniciativas de un miembro de su misma administración y que estaban en el acuerdo programático.

Sin ser suficiente la pasada polémica, recientemente el Ministro se volvió a meter en otro jardín, en unas declaraciones al medio extranjero The Guardian. En dichas declaraciones, evidenciaba que la ganadería intensiva, llevada a cabo en las macrogranjas, producía una carne de mala calidad (producción masiva y barata) y perjudicaba al medio ambiente (contaminación de agua y suelos y emisión de gases nocivos), en contraposición a la ganadería extensiva, más sostenible y de calidad. Una vez más, la oposición salió en manada a atacar a Garzón, pidiendo rectificar y/o dimitir por ese ataque sin precedentes a los ganaderos españoles. Lo sorprendente es que miembros del Partido Socialista se han sumado a esta campaña de desprestigio que intenta debilitar al ministro de Consumo y, quizá, hacerle caer. Para ello, se han puesto en situaciones difícilmente explicables, como la del presidente de la Diputación General de Aragón, Javier Lambán, que consideró las declaraciones “desgraciadas e insensatas” y “una agresión directa a una parte de la economía aragonesa”. Corta es la memoria de Lambán si no recuerda que el pasado mes de julio de 2021, el Gobierno de Aragón presentó un proyecto de ley para la protección y modernización de la agricultura familiar y del patrimonio agrario de Aragón, en el que se pone de manifiesto que la ganadería intensiva (criticada por Garzón), “pone en peligro tanto la sostenibilidad ambiental del territorio cono la sostenibilidad económica y social”.

Con esta fingida indignación, los acusadores sólo evidencian que se han dejado llevar por el click bait de los medios derechistas y no han entrado a analizar lo que decía el cuerpo de la entrevista. Si lo hubieran hecho, no podrían sino coincidir que las cabezas de ganado acinadas en una macrogranja, que buscan el engorde rápido, no pueden ser de la misma calidad que las producidas en granjas abiertas, donde los animales se alimentan con pastos naturales.

¿A qué juega, pues el Partido Socialista? ¿Por qué se deja arrastrar por el “bulo” creado desde diversos medios de comunicación afines a la derecha? Desde luego, al igual que la mujer del César no sólo tiene que serlo, sino parecerlo, el gobierno “más progresista de la historia”, como ellos mismos se autodenominan, no sólo tienen que serlo por las medidas adoptadas, sino que deben ser capaces de vendérselo a la población. Y esa batalla, la de la publicidad, la está perdiendo. Todo el trabajo llevado a cabo para mejorar la vida de la gente, con medidas sociales, queda diluido si no se es capaz de explicárselo al ciudadano medio.

El Partido Socialista, dejando que sea la derecha la que dicte lo que es noticia y lo que no, y más importante, dejándoles que perviertan y enrevesen dichas noticias en su propio beneficio, aunque sea convirtiéndolas en falsas (como en este caso), se hace un flaco favor si quiere revalidar la victoria en las próximas elecciones generales. Y, haciéndole la cama a Alberto Garzón, se la hacen a Unidas Podemos, pero también a sí mismos.

Imperator Caesar Cerverius