jueves, 14 de enero de 2016

HÉROES EN EL ASFALTO Y EN LA GUERRA (Parte II)

En el año 1943 el curso de la guerra estaba cambiando a favor de los aliados. El ejército alemán había tocado techo en Stalingrado con una derrota que supondría un punto de no retorno. Pero faltaba en otro movimiento de la pinza que acabara con el nazismo en Europa. El frente occidental se hallaba estancado pese a las presiones de Stalin sobre Churchill para que se llevara a cabo una invasión en 1943. El Primer Ministro inglés no pudo prometerle una acción bélica de tal calibre al dictador soviético, pero sí que movería piezas en el tablero francés. Y la manera de llevarla a cabo fue mediante la creación de una nueva red de espionaje llamada Prosper (prosperidad), auspiciada por el SOE y dirigida por Francis Suttill. Y fue este grupo de espías y saboteadores los que mayor éxito tuvieron a la hora de comandar acciones contra los alemanes y también a la hora de crear estructuras clandestinas, puesto que contaban con apoyos en la zona de las Ardenas, Normandía, Le Mans y Troyes. Además, cada vez fueron reclutando más agentes con el soporte de SOE, que fue abandonando  temerariamente a la red de Grover bautizada como Chestnut (castaña) hasta dejarla en estado durmiente y sin las herramientas necesarias para su propia supervivencia.
Pero la organización encabezada por Suttill dio muestras de debilidad en el verano de 1943 ya que al tratar de controlar amplias zonas de Francia y contar con un mayor número de miembros, aumentaban las probabilidades de ser percibidos por la Gestapo o por el ejército alemán o bien sufrir infiltraciones. El trabajo se empezó a desmoronar de forma accidental cuando en la noche del 10 al 11 de junio cajas con munición comenzaron a estallar en Sologne, en pleno centro de Francia lo que alertó a oficiales del ejército alemán. Y estos no tardaron en avisar a la Gestapo, quien con sus brutales prácticas ya andaban tras la pista de saboteadores y miembros de la resistencia francesa. Sería uno de sus miembros el primero en ser arrestado y a partir de ese momento, toda la estructura se derrumbó como un castillo de naipes. Un oficial alemán de la Gestapo se hizo pasar por un ayudante del detenido francés, acabando con la red Prosper y consiguiendo la detención de Suttill, quien fue llevado al campo de concentración de Sachsenhausen.
A pesar de la ayuda ofrecida por Grover a los agentes de Suttill, la ruleta del destino iba a jugar una última partida con un desenlace fatal. Uno de los reclutados por Benoist acabó traicionándole y tanto Grover como otros miembros de su grupo fueron detenidos y torturados por las SS, quienes los condujeron también a Sachsenhausen. Por suerte, Benoist consiguió escapar en el último momento y consiguió llegar a Londres. En ese momento, las redes Chestnut y Prosper estaban totalmente desmanteladas pero el SOE no se iba a desanimar y llevó a cabo un nuevo proyecto: crear una tercera red llamada Clergyman (clérigo) liderada por Benoist. Su objetivo era el puerto de Nantes y tendría libertad para atacar cómo y cuándo pudiera. Y de nuevo, tal y como hizo Grover con él, Benoist le pidió ayuda al piloto galo más exitoso de la década de los 30 y miembro de la propia resistencia francesa Jean-Pierre Wimille; vencedor de las 24 Horas de Le Mans en 1937 junto a Benoist y en 1939, así como del Gran Premio de Francia de 1936. Sus acciones en la ciudad de Nantes tuvieron un notable éxito y consiguieron paralizar las vías de comunicación locales días antes del desembarco de Normandía. Sin embargo, Benoist fracasó de forma estrepitosa cuando quiso crear una insurrección armada en el sur de París tras el Día D y fue arrestado por miembros de las SS. Nuevamente, en otro de esos momentos en que parece que la historia se repite, Wimille consiguió escapar.
Dos de los mejores pilotos de grandes premios, Grover y Benoist estaban detenidos. Este último falleció torturado y estrangulado en el campo de concentración de Buchenwald en septiembre de 1944. Grover no iba a correr mejor suerte y fue ejecutado junto a Suttill en marzo de 1945.
Un último dato. El 9 de septiembre de 1945, apenas una semana más tarde de la rendición de Japón, se celebraron dos carreras en el Bois de Boulogne parisino. La primera de ellas constaba de un recorrido de 2,826 kilómetros al que había que dar 36 vueltas. El vencedor fue Aldo Gordini pilotando un Simca, quien recibió la Iª Coupe Robert Benoist. Más tarde, en ese mismo día y en el mismo lugar, Jean-Pierre Wimille se proclamó vencedor con su Bugatti T59/50B de la Iª Coupe Des Prisonniers. Recibió por ello un trofeo que llevaba el nombre de “W. Williams”


http://lombard.register.pagesperso-orange.fr/1945_Bois-de-Boulogne.bmp.jpg




                                                                                                                          - Olof.






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