sábado, 8 de julio de 2017

LA MODA DE LOS FELICES AÑOS 20


La Gran Guerra,  fue una época de cambios en la mujer  con su consiguiente reflejo en la moda, como ya vimos hace unos meses atrás. Esto era  algo ya imparable y aquellas que ya formaban parte activa del mundo exterior, más allá de sus roles de esposa  y madre, ya no lo abandonaron jamás. Ni el fin de la contienda, ni la vuelta de los hombres licenciados del servicio militar a sus trabajos, con los derivados despidos para las mujeres, supuso una vuelta atrás para nosotras.
Era el momento de lo que Reiko Koga ha denominado La nueva mujer.  Ésta realizaba estudios superiores ,  comenzaba a ejercer una profesión, disfrutaba de relaciones románticas sin vacilación y adquirió nuevas costumbres tales como: conducir coches, jugar al golf y tenis, hacer ejercicio y fumar en público.  Será la Novela de Víctor Margueritte (1922) La Garçonne, la que, mejor recoja interior y estéticamente la imagen de la nueva mujer,  a la que, todas querían aspirar.

El estilo cambia y la imagen femenina se masculiniza, el look por antonomasia será  andrógino, juvenil y esbelto, lo que se denominó estilo garçonne, veamos sus características principales:
El peinado cambia de forma radical. De los elaborados recogidos de las dos décadas anteriores, se pasa a melenas muy cortas y sueltas, adornadas con un ajustado sombrero campana o un turbante de seda o raso.
La indumentaria se simplifica, se rechaza el realce de busto y los vestidos son sueltos de cintura , además de mucho más cortos, las faldas ahora se estilarán hasta la rodilla. La ropa interior también se reduce, siendo tres, las prendas básicas: un sencillo brassier  y su calzón a juego, camisola y medias color carne. En especial en las zonas vacaciones y recreo, hace su aparición el pantalón en el vestuario femenino.  La sencillez de los vestidos contrasta con la elaboración de los complementos, bordados con lentejuelas, boas de plumas, accesorios  y bisutería de marcado estilo art decó, que también tuvo su reflejo en la joyería. Los zapatos son cómodos, diseñados para bailar charlestón y jazz en los clubes nocturnos a los que ahora acuden con asiduidad las mujeres. Los tacones no son muy altos y  sujetan el empeine con pulseras tobilleras, cinta Mary Jane, hebillas o sujeción en T.

El maquillaje se centrará en dar fuerza a la  mirada y  destacar la boca: Las cejas extremadamente depiladas hasta convertirse en una simple línea y los ojos demarcados con köhl negro, para darles profundidad. El maquillaje de polvos blancos cubre la tez y el colorete realza los pómulos. El look queda coronado por los labios  color carmín.

Fotografía de la actriz Clara Bow,
clara representante de la moda de los años 20.

Será en estos años y como consecuencia de las nuevas costumbres, que aparecerá una nueva prenda, la ropa deportiva. Los nuevos trajes de tenis, como los que luce la tenista francesa, Suzanne Lenglen, causan sensación. Así  como, el provocador  traje de baño, moda exclusiva de zonas de playa.


La alta costura vendrá de la mano de Paquín y Callot Soeurs, dos casas consolidadas y la aparición de nuevos diseñadores como Jean Patou, Edward Molyneux o Lucien Lelong. Serán, sin embargo, dos mujeres las que marcaron el cambio: Gabrielle "Coco" Chanel y Madeleine Vionnet. La primera creó una nueva ética en el vestir, proponiendo un estilo, en palabras de Reiko Koga "para aquellas mujeres que estaban dispuestas a vivir su propia vida de forma activa" y Vionnet inventó un amplio espectro de diseños, como pudieron ser el corte al bies, el godet, el escote halter o el corte circular.
La moda en los años 20 se verá más que nunca influenciada por los diferentes movimientos artísticos que componen las vanguardias, en especial surrealismo, futurismo y art decó. Diseñadores y  formaban equipos para encontrar nuevas fuentes de inspiración, ya que estos movimientos proponían: "que todo el entorno de la persona, incluyendo la indumentaria, debería estar en armonía, como una única manifestación artística" (Reiko Koga). Sin embargo, con el crack del 29, todo este esplendor se vio emborronado, los principales clientes de la alta costura, perdieron sus bienes y fortunas, y  aquellos que sobrevivieron a la Gran Depresión, en especial las clases medias, optaron por la confección casera. Poniendo fin a la moda que había deslumbrado a las altas clases sociales y a la sociedad en general durante toda una década.


Bibliografía
FUKAI A.,  MODA. Una historia de la moda del siglo XX. La colección de Instituto de la Indumentaria de Kioto. Taschen, 2002.

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