domingo, 15 de mayo de 2022

CAMINO DE SANTIAGO NORTE: ETAPA 0

Durante la Semana Santa de 2022, mi compañera bloguera Miss Rocher de la Tormenta y yo comenzamos el Camino de Santiago en su variante Norte. Nuestra intención es acercar el Camino a nuestros lectores, describiendo nuestra experiencia y aconsejando lugares. Pero antes, para todo aquel que desconoce los entresijos de la ruta Jacobea, detallaré en este artículo algunos temas interesantes que hay que conocer.

Un poco de historia

El Camino de Santiago es una de las tres grandes peregrinaciones cristianas, a parte de la que finaliza en Roma y la que lo hace en Jerusalén.

Tras el descubrimiento de la tumba del apóstol, en el siglo VIII, parece ser que la costumbre de ir a visitar los últimos restos del discípulo de Cristo surgió espontáneamente, gozando de gran popularidad dicha ruta en la Edad Media. El Camino también ha tenido sus épocas de menor afluencia y casi de olvido, durando la última crisis desde el siglo XIX hasta los años ’50 del XX, cuando la Iglesia se implicó “personalmente” para revitalizar la ruta. Mención especial merece el sacerdote Elias Valiña, que fue párroco de O Cebreiro, y al que se le atribuye la recuperación de la peregrinación en los ’80.

En 1126, el papa Calixto II decretó que a todo peregrino que realizase el Camino de Santiago durante su Xacobeo, se le perdonarían sus pecados. Esta casuística, que se da el año en que la festividad del Apóstol Santiago (25 de julio) cae en domingo, es hoy en día un reclamo turístico más que un motivo de fe. No en vano, esa pretensión de “ganar el Jubileo” hace que la afluencia de gente se multiplique durante esa temporada.

 

Desde dónde salir

Existen multitud de Caminos:

- Camino Francés: El original y más frecuentado, con dos variantes en su inicio: la navarra (desde Roncesvalles) y la aragonesa (desde Somport). Ambas se unifican a partir de Puente La Reina.

- Camino Inglés: Desde El Ferrol (supuestamente desde donde comenzaban a andar los británicos llegados a la península en barco).

- Camino del Norte: Desde Irún y discurriendo por toda la costa cantábrica.

- Camino Primitivo: Desde Oviedo.

- Camino del Ebro: Desde Deltebre y, como su propio nombre indica, acompañando la ribera del Ebro remontándolo desde su desembocadura.

- Caminos Andaluces: Son varios, desde diferentes puntos de la Comunidad. Incluyen la famosa Vía de la Plata, antigua calzada romana que unía Emerita Augusta (Mérida) con Asturica Augusta (Astorga).

- Caminos Gallegos: Desde diferentes puntos de la Comunidad.

- Caminos Catalanes: Desde Monstserrat, Girona, Barcelona….

- Caminos del Este: Desde diferentes puntos de Levante.

- Caminos del Sureste: Desde la zona murciana.

- Caminos del Centro: Aúna los diferentes caminos mesetarios.

- Camino Insular: De sur a norte de Las Palmas de Gran Canaria, desde Maspalomas hasta Gáldar. Un camino que, en sí mismo, no llegaría a Santiago de Compostela, obviamente.

Fuera de las fronteras españolas, también encontramos rutas europeas, siendo las más famosas:

- Camino Portugués: Con varias alternativas, más por la costa o más por el interior.

- Voie Turonensis – Paris: Que discurre desde la capital Gala.

- Caminos alemanes: Existiendo la Via Baltica, Via Scandinavica, Via Jutlandica…

- Caminos desde Italia: Contempla más de una veintena de rutas desde el norte, centro, sur y la Via Francigena di Sicilia.

Dicho todo lo anterior, comentar que los nombrados son caminos ya trazados y frecuentados, pero a nadie le impide comenzar “su Camino” desde la puerta de su casa. Las rutas descritas están probadas, cuentan con albergues en sus localidades y la mayoría están descritas en guías y mapas que ayudarán en su transcurso, pero la propia naturaleza del Camino (o sea, su espíritu) no restringe qué ruta tomar.

 

Cómo hacer el camino

¿Por qué hacer el Camino? Hay muchas razones para hacer el Camino de Santiago: Deporte, espiritualidad, religiosidad, turismo, buscar paz interior… Todas son igual de válidas.

¿Solo o acompañado? En realidad, se han realizado encuestas que dicen que se llega al mismo grado de satisfacción en ambas modalidades. Hay gente que no sabe estar sola y necesita compañía. Otra que prefiere la soledad. Yo, personalmente, he recorrido la ruta de ambas formas, y las dos tienen su atractivo. Lo que se consigue con la una no se obtiene con la otra. Quizá recomendaría gastar la primera bala del Camino en soledad, pero es un aspecto demasiado particular. Digo la primera bala porque el Camino engancha y repetiréis.

La Credencial. Escogida la ruta que tomaréis, el motivo y la compañía, necesitaréis la Credencial del Peregrino. Es una tarjeta en la que sellaréis vuestro paso por cada localidad. La podéis conseguir en cualquier asociación de amigos del Camino que, seguramente, encontraréis en casi cualquier localidad. Dicha credencial será imprescindible para conseguir la Compostela, de la que luego os hablaré.

¿Dónde dormir? Con respecto al alojamiento, la mayor parte de los peregrinos pernoctan en albergues. Los públicos admiten a los viajantes en orden de llegada, hasta completar aforo, y no admiten reservas. Los albergues privados sí que lo hacen. Aunque suelen dar sábanas desechables, el “modo albergue” está inexorablemente ligado a portar saco de dormir. Si sois escrupulosos a la hora de dormir y os da cosa compartir habitación con 6-20 extraños, está la opción de reservar en hostales o pensiones. La diferencia de precio puede variar desde los 5€, en el caso de albergues públicos, 10€ si optáis por albergues privados y 35-50€ si vais de hostal.

¿Cómo me oriento? Aunque la mayoría de las rutas están bien señalizadas, cada pocos metros, por unas vistosas flechas amarillas, siempre es recomendable hacerse con una guía del Camino. El periodista e historiador Antón Pombo ha escrito guías de los principales Caminos de Santiago. Su elección siempre será un acierto. Además de mostrar un mapa de cada etapa, os aconsejará sobre dónde dormir, dónde comer y qué visitar en cada localidad.

La mochila. La elección de una buena mochila no es baladí. Al fin y al cabo, vamos a ir con ella a cuestas durante cada etapa. Eso significa unas 6-7 horas al día (unos 20-25 km) durante 25-30 días (dependiendo desde dónde salgáis). Necesitaréis que sea de una buena capacidad y un armazón rígido que no os dañe la espalda. Llevaremos en ella NO MÁS DEL 10% DE NUESTRO PESO. Esto es MUY importante. Sentiréis el irrefrenable deseo de cargar la mochila con un montón de cosas que no terminaréis necesitando y que os acabarán minando al llevarlo a cuestas.

El calzado. Si no debería ser aleatoria la elección de la mochila, menos lo debería ser la del calzado. Son muchas horas andando y las zapatillas elegidas serán vitales para el éxito o fracaso de vuestra empresa. NO necesitaréis unas robustas botas de montaña. Con unas zapatillas de trekking será más que suficiente. Llevaréis el pie más ligero y no se os sobrecalentará tanto.

¿Cuánto me voy a gastar? Aunque parezca muy de “andar por casa”, el Camino puede resultar caro. El presupuesto varía mucho dependiendo de cómo lo hagáis. Podéis ir de albergue y comprar comida todos los días para cocinar vosotros mismos o podéis dormir en hostales y realizar las comidas en restaurantes. Dependiendo de lo voraces que seáis, podéis terminar haciendo hasta 4 comidas: desayuno, almuerzo, comida y cena. No suele ser habitual merendar, ya que la comida suele ser tardía y la cena temprana. Lo que sí es recomendable es llevar siembre algunos alimentos encima (un par de latas de atún, algún blíster de lomo y una o dos frutas). Nunca se sabe lo que te vas a encontrar (o no) en esa etapa.

 

El premio

Al llegar a Santiago de Compostela, lo habitual es acudir a la Plaza del Obradoiro, donde se encuentra la catedral, y se considera “el fin del Camino”. Hay una misa dedicada a los peregrinos a unos determinados horarios y, dependiendo del día, se puede observar el rito del botafumeiro (un verdadero espectáculo visual). Además, lo tradicional es darle un abrazo al apóstol (a la figura de Santiago).

Terminadas las “obligaciones” de las fotos frente a la catedral, la misa, el abrazo y soltar un par de lágrimas de la emoción, toca recoger la mal llamada “Compostelana” y mejor “Compostela”. Es un documento acreditativo de que has completado el Camino en, al menos, los 100 últimos kilómetros. Éste es un premio con el que mucha gente se obsesiona, pero no deja de ser un simple pergamino que indica lo que ya sabes: que eres un peregrino y has completado tu viaje. Os cuento un secreto: He realizado dos veces el Camino de Santiago y, por una razón u otra, no he recogido la Compostela en ninguna de las dos ocasiones.

 

Qué hacer después del Camino

Al día siguiente de llegar a Santiago encontraréis una sensación de vacío. Después de 30 días levantándote antes del alba para echar a andar, ¿cómo no seguir la misma dinámica? Para los incansables, existen dos prolongaciones más allá de Santiago. Una a Muxía, donde se atribuye una aparición mariana al apóstol, y otra a Fisterra (en gallego, el fin de la tierra), donde encontraréis el km 0,000. Si os causa curiosidad, pero no queréis sumar más kilómetros a vuestras ya cansadas piernas, existen varias empresas turísticas que, por un módico precio de unos 30 euros, prestan el servicio guiado en autobús. Una excursión que muestra, en un solo día, los sitios más característicos desde Santiago hasta la costa.

 

Pues bien, si habéis llegado al final de este artículo, ya sabéis todo lo necesario para iniciar vuestro Camino. No tengáis prisa. El Camino puede esperar. Escoged el momento y la compañía. Él va a continuar ahí, esperando a que os decidáis.

 

Imperator Caesar Cerverius



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