Él es el héroe que la ciudad se merece, pero no el que necesitamos ahora mismo
Esta mítica frase de El Caballero Oscuro (Christopher Nolan, 2008) es la que han debido de pensar los seguidores de Soraya Sáenz de Santamaría tras su derrota en las primarias del PP. Una política con recorrido, que ha sido Vicepresidenta del Gobierno, Portavoz, Ministra de la Presidencia y Ministra para las Administraciones Territoriales; que ha sido la mano derecha de Rajoy hasta el punto de tener bajo su mando al Centro Nacional de Inteligencia (CNI); que se la toma por persona diligente y capaz; que las encuestas demostraban que un buen porcentaje de la población estaría dispuesta a votarla… pero nada de eso sirvió. Un joven Pablo Casadoconsiguió aunar a su alrededor a todos los que estaban contra ella y sacarle 15 puntos en la votación que eligió al líder del partido.
Un líder con cabeza o un líder con corazón. Esa era la elección. Escoger entre una gestora que administrase el partido como una empresa o un caudillo que enfervorizasea las masas y sacase a la organización del letargo producido por años y años de marianismo. Y los compromisarios votaron con el corazón. Aun sabiendo que Casado no tiene experiencia de gobierno, aun sabiendo que puede vérsele como un clon de Albert Rivera, aun sabiendo que tiene asuntos turbios relacionados con sus titulaciones universitarias. Nada de eso ha parecido importarles a los delegados, que han optado por el que ha despertado en ellos la ilusión de volver a ser lo que fueron en tiempos pasados.
Tras el Congreso partidista de este fin de semana, vendrá ahora para Pablo Casado la segunda parte: la formación de su círculo de confianza, integrar a algunas personas de la facción perdedora e ir dibujando las líneas generales de lo que será su oposición. En sus declaraciones de campaña puede intuirse un giro más a la derecha para el partidopero, si quiere llegar al Palacio de La Moncloa, es en el caladero de votos de Ciudadanos donde tiene que salir de pesca. Y ese banco de electores requiere cierto centrismo.
Si hay algo que no puede reprochársele a Casado es su relación con los medios. Como Vicesecretario de Comunicación que ha sido del Partido Popular en los últimos años, conoce la importancia de atender a los periodistas y contestar a sus preguntas. Si sigue con la política demostrada hasta ahora, se le verá como una persona cercana y puede que consiga el afecto del electorado. En un par de años (aunque esa distancia podría reducirse en cualquier momento) Casado se enfrentará a Sánchez, Rivera e Iglesias en una terna jovencísima (37, 46, 38 y 39 años respectivamente). Esperemos que esa juventud traiga nuevas formas de hacer política y refresque el panorama para atraer al Pueblo a esta casta por la que ahora sólo siente desafección.
Imperator Caesar Cerverius
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