lunes, 4 de abril de 2016

HISTORIAS SOBRE VIAJES EN EL TIEMPO ( II )

     


El primer caso a tratar es el de este trilobite aplastado por lo que parece ser una huella humana. La historia es la siguiente:

William J. Meister, un coleccionista de fósiles no profesional, descubrió en junio de 1968 lo que podría ser el fósil de una huella humana. Se trataba de una impresión sobre piedra que tendría entre 300 y 600 millones de años. Meister estaba de expedición en Antelope Spring, un sitio ubicado a casi 70 kilómetros de Delta, en el estado de Utah, Estados Unidos de Norteamérica.

Ya había encontrado varios fósiles pequeños cuando Meister golpeó con su martillo de geólogo una losa de unos cinco centímetros de espesor, partiéndola de plano en dos, como se abre un libro. Allí estaba la huella. A ambos lados del bloque se muestra la marca de una sandalia, del tamaño normal de un pie humano, con un trilobite aplastado en ella.

Los trilobites pertenecen a un orden extinto, pariente de los arácnidos y los crustáceos marinos como los cangrejos y langostas, que floreció hace unos 320 millones de años y se extinguió por completo hace 280 millones de años. Como se sabe, se piensa que los humanos, como especie, existimos desde hace entre 2 y 3 millones de años. Es imposible que un humano, y menos uno calzado con una sandalia, haya aplastado un trilobite al mismo tiempo que dejaba su huella para la posteridad. La "sandalia" que habría aplastado al trilobite vivo tenía 25,2 cm de largo y 8,4 cm de ancho. El talón está ligeramente más hundido que la suela, tal como es normal en una huella humana contemporánea.

El día 20 de julio de 1968 el Dr. Clifford Burdick, geólogo de Tucson, Arizona, examinó la huella y el sitio del hallazgo, encontrando de inmediato otra huella, con la impresión del pie de un niño sobre una base de pizarra. "La impresión", dijo, "tenía más o menos 14,4 cm de longitud y mostraba los dedos del pie abiertos, como si nunca hubiese usado calzado, que causa que los dedos se mantengan juntos. El pie no parece haber tenido mucho arco y el dedo pulgar no es muy prominente".

                  


El Dr. Burdick determinó: "La roca se fracturó en el lado delantero de los dedos antes de que yo hallara el fósil. En esta sección se ve que la estructura de la roca está formada por láminas finas o planos de pizarra. Cuando los dedos presionaron sobre el material blando, las láminas fueron presionadas hacia abajo de la horizontal, indicando el peso que presionó sobre el lodo. A día de hoy, el tema con sus defensores y detractores sigue en el aire. Aunque esto entraría más en la clasificación de ooparts (Objetos fuera de tiempo), que tal vez en futuros post me anime a hablar sobre ello.

Historia increíble es la de Rudolf Fentz. Ocurrió en New York en los años 50 cuando de repente apareció entre el trafico de la Quinta avenida un hombre vestido con ropas del siglo XIX. Este hombre completamente desorientado, terminó siendo arrollado por un vehículo y murió.
La noticia no hubiera pasado de anécdota de no ser por lo encontrado en sus bolsillos. Estos contenían billetes antiguos en perfecto estado, además de un recibo por el pago de la manutención de unos caballos y una carta fechada en el año 1876 y que contenía su nombre.       
    


Una larga investigación tuvo lugar para aclararlo todo y al fin se obtuvo un resultado. Había una persona de sus mismas características y con su mismo nombre, pero había desaparecido hace 74 años en misteriosas circunstancias.

Seria una autentica evidencia de viajero del tiempo de no ser porque esta historia es falsa. Un investigador demostró que tanto la foto como la esquela pertenece a otra persona y el relato fue sacado de una historia publicada en 1930 por Jack Fenney y titulada "I´m Scared".

Esta otra historia salió publicada en la revista "Strain to" en 1988 cuyo titulo era "Time traveler". Le ocurrió a su autor junto con su socio allá por el 20 de octubre de 1969. La pareja protagonista recorría con su vehículo una carretera poco transitada, bajo un cielo despejado y una temperatura agradable. A cierta distancia divisaron un coche muy antiguo, de los años 30 o 40. El vehículo se encontraba detenido así que lo adelantaron. Al hacerlo se fijaron en el aspecto del vehículo, bien cuidado, como nuevo y en una mujer y un niño vestidos como en los años 30-40 que se encontraban en su interior. Decidieron parar y ayudarles. Al llegar se dieron cuenta que en el punto donde se suponía debía de estar el coche no había nada. Buscaron por todo el lugar y nada, y preocupados por si el coche hubiese caído por alguna zanja hablaron de alertar a la policía, ya que estaban 100% seguros de haber visto aquel vehículo.

¿Qué les ocurrió a esta pareja? ¿Viaje en el tiempo? ¿Visión de fantasmas? ¿Alucinación?

Otro caso aparece mencionado en un libro que recogía historias fantásticas de varios medios de comunicación de todo el mundo. La historia se produce en el año 1932, en el cual un reportero llamado John Bernal Hutton junto con el fotógrafo Joamish Brand fueron asignados para realizar un reportaje sobre Hamburgo (Alemania). Allí les iban a llevar al astillero, a un enorme complejo en el que entrevistar a los trabajadores. De camino escucharon un estruendoso ruido de motores de avión, miraron al cielo y vieron un montón de aviones de guerra. A los pocos segundos escucharon el ruido de baterías antiaéreas que parecían surgir de la cuidad de Hamburgo, mientras bombas caían de los aviones y todo lo que les rodeaba comenzaba a explotar. Los protagonistas se encontraban perplejos, pues momentos antes la zona era muy tranquila y no acertaban a explicar que ocurría. Salieron a toda prisa del vehículo y fueron hacia los astilleros intentando salvarse.

Cuando los bombarderos desaparecieron, le preguntaron a un vigilantes de los astilleros que podían hacer para ayudar, y este les contesto que de que estaban hablando. Los dos hombres confundidos volvieron a mirar a la ciudad que se encontraba intacta, sin rastro de la destrucción causada por las explosiones previas. Algo extraño había pasado. Por supuesto ellos realizaron fotos de aquel bombardeo pero al revisarlas todo estaba intacto y en perfectas condiciones. La confusión de estos hombres por lo vivido aumentó cuando años después la ciudad de Hamburgo fue bombardeada ferozmente por el ejercito aliado durante la 2º Guerra Mundial.


                                                                                                                                              Dorian Wells


Bibliografia:

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